El efecto chimenea en troncos tiene consecuencias que hay que tener en cuenta en la prescripción de las quemas bajo arbolado. Aunque las cortezas de los árboles en su base suelen ser más gruesas, éstas disminuyen su grosor conforme subimos en altura del perfil del árbol. Por tanto, aunque la prescripción prevista de la altura de llama sea de 1 m, la altura real a la que se calentará el tronco por el efecto chimenea puede llegar a ser de 3, 4, 5 ó más metros dependiendo de la velocidad del frente de avance y del diámetro de los árboles. Esto puede generar calentamientos a sotavento en altura que podrían afectar a los tejidos vivos que están menos protegidos por la corteza que en la base. Los posibles efectos de este calentamiento sobre el estrés o la mortalidad del arbolado afectado deben valorarse en la planificación y evaluación posterior de la quema para mejorar las prescripciones futuras en cada caso. Y como una imagen vale más que mil palabras os dejamos ese vídeo donde lo explicamos en menos de 3 minutos.