Esther Herranz García · May 21, 2014 - 10:28

De cara a los próximos años, para empezar, tenemos un reto que es construit que la aplicación de la Política Agrícola Comunitaria se produzca de forma correcta y no tenga vicios de forma desde el principio; por ejemplo: que la adaptación del nuevo sistema de autorizaciones del viñedo que permite controlar la masa vegetal de viñedo (y con ello controlar el potencial de producción y apostar por la calidad) que esta transición sea lo más eficaz posible y con el suficiente equilibrio para que el patrimonio de todos los viticultores esté a salvo y el nuevo sistema cumpla con todas las expectativas para las que ha sido diseñado.

Otro de los retos que tenemos es que la inminente propuesta de reforma de la OCM de frutas y hortalizas sirva a los intereses del sector. El gran reto para España es conseguir que los fondos operativos sean eso, operativos. Y para serlo, los fruticultores tienen que estar cuanto más agrupados, mejor, para conseguir que esos fondos operativos lleguen a la mayor cantidad de productores y también porque en la ley de la oferta y la demanda en la cadena alimentaria tienen un poder mucho más alto quienes están en una organización de productores que quienes van por libre.

Hay que decir también que la Ley de la Cadena Alimentaria en España es un reto de futuro para conseguir que se traslade esa idea a Europa. Nos hubiera gustado que ya le hubieran comprado la idea, digamos, al Ministro Miguel Arias cuando lo hizo en España y lo propuso en el Consejo de Agricultura pero bueno, ya llegará el tiempo en el que en el Consejo de Ministros de Agricultura vean esa necesidad, de momento, afortunadamente el Proyecto de Ley es una realidad en España y su tramitación parlamentaria inminente.

Por supuesto que tenemos también retos importantes al margen de esos dos. Como, por ejemplo, las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio. Sólo recordar que en el documento de la OCM única tenemos el famoso párrafo de la reciprocidad en el que por primera vez se reconoce esa importancia en las negociaciones bilaterales de la Unión Europea y la OMC para que se exijan las mínimas condiciones a los productos que vienen de países terceros.

Un poco más en la lejanía, nos gustaría que dentro de unos años podamos contar con un sistema de control en fronteras que garantice verdaderamente que los productos alimentarios, los productos agrícolas o los productos ganaderos que entran por nuestras fronteras europeas cumplen con esos requisitos y que no sean los Estados Miembros los responsables, sino que haya un responsable europeo que armonice esa situación de una forma más clara.

Y por último hablaré de un reto que para mí es fundamental. Por primera vez tenemos la posibilidad de que el sector agroalimentario disfrute de fondos para investigación, desarrollo e innovación de una forma generosa y de una forma que yo creo que es muy justa. Así que ojalá no nos llegue con el dinero presupuestado por la Comisión Europea de la cantidad de proyectos de I+D+i que se buscan para el sector agroalimentario. Porque quiero recordar que, para nuestro país, para salir de la crisis, este sector es clave. Es un sector estratégico. Porque solamente recordar que es la segunda gran industria de España. La primera es el turismo y la segunda, desde luego, es el sector agroalimentario.