Juan Ramón Ferrer · Sep 13, 2019 at 02:08
La cuestión de si ir acompañado en la aventura de la exportación es mejor o peor, se ha suscitado de manera continuada. Los argumentos en contra se suelen basar, sobre todo en empresas activas, en que si vamos juntos es fácil que un competidor cercano se aproveche del trabajo realizado, es como si les abriésemos la puerta a los demás. En sentido contrario también puede ser visto como si la empresa poco activa, se aprovechara del trabajo ajeno, lo cual provocaría suspicacias y desconfianza en la asociación.

La realidad demuestra que la D.O. es una red de conocimiento compartido a la que pertenecen diferentes empresas de una zona geográfica determinada. Cuantas más sean, más conocimiento se aporta, y cuantos más contactos hagan en el exterior mejor para todos sus componentes, más potente será la red, más conocida y reconocida. A todo ello hay que añadir la existencia de políticas de promoción para las D.Os, a los que una empresa no puede acceder si no pertenece a la misma. En definitiva la respuesta a ambas preguntas es “sí”.

Las acciones conjuntas hacen que el pastel a repartir sea más grande, aunque lo tenga que seguir compartiendo con mi competencia más directa. Así la pertenencia a la D.O., en general y específicamente para el caso de la exportación, se podría denominar una decisión “win to win” o juego de suma no cero.

Juan Ramón Ferrer - Facultad de Empresa y Gestión Pública. Universidad de Zaragoza