Y ¿si fuera ella?. Aunque a veces no te importe.

Pero sé que el día que la pierdas volverás a sufrir. Por ella, que aparece y que la esconden. Que sus beneficios se omiten, en una Cumbre del Clima patrocinada por aquellos que más CO2 y publicidad emiten.

Que es pregunta y es respuesta. Que es problema y solución. Y que pocos ponen el foco en su gran capacidad de mitigación.

Ella, que va conmigo pero no sé dónde va, cuando cada uno en este sector emite mensajes sin coordinación, sin  estrategia ni unión. Como si fuera rival, aunque es compañera. Que está tan dentro de nuestra vida. Y, a la vez, está tan fuera.

Sé que volverás a perderte. Y la encontrarás de nuevo. Pero con otro rostro y otro nombre diferente: agricultura sostenible, ganadería extensiva o agricultura de conservación. Pero sigue siendo ella.

Y si tu boca se equivoca. Y al llamarla nombrarás a otra, llamando leche a bebidas que no lo son, llamando carne a pedazos de moléculas sin origen ni pastor.

A veces siento compasión por ese ciego y loco corazón. Por esos mensajes simplistas y emocionales, sin fundamento ni razón.

Nuestro delito es la torpeza de ignorar a quien sólo tiene fe y corazón. Y va quemando, va quemándome y nos quema…la reputación. Y, ¿si fuera ella?.

La agricultura y la ganadería, como solución.