Arañas y tijeretas, candidatos para frenar a la mosca del olivo

El control biológico de la plaga de 'Bactrocera oleae' es una alternativa efectiva y sostenible

Fecha: 04-Nov-2019

Las arañas (Araneae) y las tijeretas (Dermaptera) son los mejores candidatos como depredador de la mosca del olivo (Bactrocera oleae) según las pruebas de campo de una técnica basada en marcadores moleculares desarrollada por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

“La importancia de identificar de manera inequívoca los enemigos naturales de la plaga de esta mosca en un cultivo tan importante como es el olivar en nuestro país es crucial para fomentar un control biológico apoyado en técnicas agrícolas sostenibles”, destaca Carmen Callejas Hervás, investigadora del Departamento de Genética, Fisiología y Microbiología de la UCM.

La técnica, cuya eficacia acaba de demostrarse en el entorno real, analiza el tracto digestivo de los potenciales depredadores mediante PCR –Reacción en Cadena de la Polimerasa–. Así, es posible detectar cantidades ínfimas de ADN de la mosca del olivo en sus enemigos naturales y asegurar qué grupos pueden ejercer el control biológico.

Además de las arañas y las tijeretas, los carábidos (Carabidae) también podrían ser importantes candidatos. “Sin embargo, algunos de los escarabajos más abundantes en nuestros olivares como es Orthomus barbarus parece no tener un papel representativo. Por ello, resulta imprescindible seguir reuniendo información sobre la compleja cadena trófica de este ecosistema”, añade Esther Lantero.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores recogieron ejemplares de los insectos en trampas pitfall (de caída) o a mano en olivares del sur de la Comunidad de Madrid y se les aplicó la técnica descrita.

La mosca del olivo origina graves pérdidas agrícolas y económicas al depositar los huevos en el interior de las aceitunas. Estas larvas pueden provocan o la caída prematura o bien un deterioro de la calidad y producción oleícola, al aumentar la acidez y modificar las propiedades organolépticas del aceite.

Hasta hace poco, la forma de detener a esta plaga era mediante el uso de pesticidas, con su correspondiente impacto negativo para el entorno.

“La técnica molecular que desarrollamos permite la identificación inequívoca de los mejores candidatos para el control biológico de esta plaga estableciendo los primeros pasos para poder cumplir con las medidas adoptadas por la Unión Europea en este campo”, concluye Matallanas.