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Irene Campos

09/06/15

¿A qué huelen las nueces?

El departamento de química analítica de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), en colaboración con el departamento de Agricultura de EE UU, ha identificado en nueces dañadas los compuestos volátiles de los aromas atractivos para los insectos que amenazan las cosechas de estos frutos en California. Se trata de los primeros estudios que se llevan a cabo en nueces con el fin de localizar los componentes del aroma que sirvan para controlar de manera más sostenible las plagas de polillas, y, también, con el objetivo de contribuir a disminuir el uso de pesticidas y plaguicidas.

Del valle central de California proceden dos tercios de las nueces consumidas a escala mundial y más del 80% de las que se consumen en España. En los últimos 50 años dos plagas de polillas—codling moth (Cydia pomonella) y navel orangeworm (Amyelois transitella, Lepidotera, Pyralidae)— amenazan, cosecha tras cosecha, la producción de nueces. Depositan sus huevos en los frutos dañados y favorecen la propagación del hongo Aspergillus con consecuencias tanto en el mantenimiento de la seguridad alimentaria como en el desarrollo comercial y económico.

Las estrategias del último siglo para controlar las plagas han estado centradas en el uso de pesticidas y plaguicidas a los que ciertos insectos se han hecho resistentes.

Esta investigación avanza en la búsqueda de los compuestos aromáticos que les atraigan de manera natural en momentos claves, como su reproducción y alimentación, y que, combinados con técnicas medioambientales sostenibles, den la posibilidad de sintetizar productos agroquímicos más selectivos y eficientes.

El equipo de la UPV/EHU ha analizado los datos procedentes de nueces enteras y previamente dañadas para, tras identificar y comparar sus compuestos volátiles, determinar si había algún aroma exclusivo en los frutos dañados. Las muestras se seleccionaron entre mayo y septiembre de 2014 en cinco etapas fenológicas, cinco momentos climáticos y biológicos del nogal.

Como resultado del tratamiento de datos aplicado a las muestras el equipo de la UPV/EHU identificó 92 componentes aromáticos. De ellos, ocho (pinocarvona, αα-canfolénico aldehído, chrysanthenone, trans-pinocarveol, trans-ββ-farneseno, trans-ββ-verbenol, αα α-terpineno y αα α-terpinoleno) son característicos de las nueces dañadas.

La combinación de estos compuestos volátiles permitirá sintetizar una mezcla atractiva para los insectos y que sirva para controlar y hacer un seguimiento de las plagas que afectan a las nueces.