De hecho, seríamos capaces de nombrar la gran mayoría de las que tenemos en Aragón, como la D.O.P. Melocotón de Calanda o la D.O.P. Somontano. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué significa que un producto es de Denominación de Origen Protegida?

Una Denominación de Origen Protegida es un régimen de calidad amparado por la legislación europea, que tiene por objetivo proteger a los productos alimentarios y a los  productores que los elaboran de una zona geográfica concreta.

Según un artículo publicado por Jesús Cambra y Antonio Villafuerte, de la Universidad Pablo Olavide y el Instituto Internacional de San Telmo, las bases de la Denominación de Origen Protegida se asentaron en Francia, en 1666. Sucedió cuando el parlamento de Toulouse decretó que solo los habitantes de Roquefort tenían la exclusividad del curado de este producto, que se produce en cuevas de esta misma población.

Para asegurar la calidad, los productos que se encuentran dentro de esta figura, necesitan cumplir tres requisitos indispensables:

• El producto debe ser originario de una zona determinada. Existen casos excepcionales en los que este territorio se amplía, como es el caso de la D.O.P. Cava.
• Sus características y calidad se deben exclusivamente a la zona geográfica a la que pertenece. En este aspecto, por ejemplo, toma gran importancia el tipo de suelo y las condiciones de cultivo.
• Todas las fases de producción se deben realizar en la misma zona geográfica. En el caso del vino, desde el cultivo de la vid hasta el embotellamiento.

Aragón cuenta con 10  Denominaciones de Origen Protegidas, que son:

• D.O.P. Cariñena.
• D.O.P. Campo de Borja.
• D.O.P Jamón de Teruel/ Paleta de Teruel.
• D.O.P. Somontano.
• D.O.P. Calatayud.
• D.O.P Aceite del Bajo Aragón.
• D.O.P. Melocotón de Calanda.
• D.O.P. Aceite Sierra del Moncayo.
• D.O.P. Cebolla Fuentes de Ebro.
• D.O.P. Cava.