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Irene Campos

22/09/15

¿Sobran cerezos en el Jerte?

Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO/BirdLife en Extremadura, da la voz de alarma sobre la situación en que se encuentra el Valle del Jerte, donde el aumento de los cultivos de cerezos, y con ellos las tomas ilegales de agua en muchos casos, está produciendo daños irreparables en el río. Es el motivo por el que su organización pide control por escrito tanto a la Junta como a la Confederación Hidrográfica del Tajo, administraciones a su juicio responsables de la situación en que se encuentra el Valle del Jerte. "Entendemos que ambas administraciones deben responder y actuar, por eso solicitamos por escrito la petición, porque no sabemos si el no hacerlo tendrá consecuencias jurídicas; desde luego nosotros estamos dispuestos a defender el río hasta sus últimas consecuencias", avisa.

Afirma que la situación actual no se puede mantener en el tiempo. Es desde mediados de julio, tal como ha contado HOY, cuando el descenso en el caudal del Jerte comenzó a ser alarmante. "Pero la situación no es nueva, desde hace más de cinco años existe el problema, lo que pasa es que este verano, tras una primavera sin lluvias, se ha notado más", explica Cardalliaguet. "Pero ha habido años más secos y calurosos, como el 2003 o el 2004, y entonces no hubo problemas de agua".

Los cereceros piden que se regulen las tomas de agua

No están de acuerdo con los ecologistas. Consideran que el único problema que ha habido este verano es consecuencia de la falta de lluvias durante la primavera. Pero los cereceros creen que el sistema hídrico del Valle tiene capacidad para asumir los cultivos de cerezos que existen en la actualidad y más.

"En el Valle no se produce ningún cambio de terreno ni ningún cambio de cultivo que no sea controlado por la Junta y que no cuente con su visto bueno", aclara Emilio Sánchez, presidente de la Agrupación de Cooperativas.

Por este motivo, afirma que los cultivos están controlados y que con ellos puede el sistema hídrico del Valle. No obstante, reconoce que hay tomas ilegales de agua y que sería pertinente su control para regularizar la situación. También mantiene que la regularización sería más fácil si se concedieran las concesiones que se solicitan. "No puede ser que los pueblos hagan inversiones para tener la infraestructura precisa para embalsar el agua y que después no se autoricen las tomas".

Ahora todo ha cambiado, a juicio del delegado extremeño, porque desde entonces han crecido y mucho los terrenos dedicados a los cerezos y, para su riego, se han multiplicado las tomas de agua tanto en el río como en lagunas, gargantas, torrentes y arroyos.

"Los cultivos están autorizados y muchas tomas también, pero hay cientos que no lo están y se deben contabilizar y controlar". No solo eso. "Hay que ver hasta dónde se pueden plantar cerezos en el Jerte; estos cultivos tienen que tener un límite porque el sistema hídrico del Valle no da para tantos".

Su organización reclama por ello a la Junta control y reordenación. "Los cerezos que pueda haber serán con los que el río pueda, no más". SEO/BirdLife defiende que los cultivos se adecuen a la capacidad del sistema hídrico de la zona, que también tiene que dar para el abastecimiento de las poblaciones y los recursos turísticos como piscinas naturales. "Son uno de sus principales recursos y este verano también se han resentido".

Cardalliaguet dice que no se puede olvidar que el manto blanco como reclamo turístico, la fiesta del cerezo en flor, dura apenas quince días y que el turismo del Valle va mucho más allá. "Rutas y piscinas, recursos naturales en definitiva, que se están poniendo en riesgo, porque han desaparecido los bosques de robles y las riberas de las partes bajas". Añade que ni el caudal ecológico se está respetando y que por ello las especies vinculadas a las corrientes continuas de agua están en peligro de extinción.

Asegura que se está rompiendo el equilibro ecológico y que hay especies, como el desmán ibérico, que está prácticamente a punto de desaparecer en la zona, o la cigüeña negra, de la que apenas quedan parejas en el Valle. La organización insta a la Administración a actuar. "Todo el mundo quiere hablar bien del Jerte, pero el problema existe y no se puede mirar para otro lado", concluye Cardalliaguet.