El acuerdo alcanzado perjudica tanto a la UE como a Mauritania, aunque deja la puerta abierta a renovar el protocolo en los próximos meses.

Salvo la flota marisquera (15 buques), el resto de la flota española (30 buques), compuesta por atuneros, de cerco y cañeros, palangreros de fondo y de superficie y arrastreros merluceros, será expulsada de las aguas de Mauritania a las 12 de la noche del día de hoy.

Gran parte de la flota española que faena en aguas de Mauritania, 30 buques, deberá abandonar el caladero antes de las 24:00horas de hoy como resultado del acuerdo alcanzado ayer por la Comisión Europea y el Gobierno mauritano, tras dos días de intensas negociaciones en Nuakchot, Mauritania, que han sido seguidas desde la propia capital mauritana por varios representantes de Cepesca.

Esta decisión causará serios perjuicios a la flota atunera, principalmente vasca, tanto cerquera como cañera, a los palangreros de fondo y de superficie gallegos y a los arrastreros de merluza gallegos. Los únicos que podrán seguir con su actividad serán los 15 marisqueros andaluces y los pelágicos de los países del norte de Europa, que podrán pescar hasta el 15 de diciembre.

La UE ha sacrificado a gran parte de la flota española y cedido, una vez más, a las pretensiones de Mauritania, con tal de no romper las negociaciones y evitar verse en una situación en la que tendría que solicitar la devolución de varios millones de euros a dicho país, evitando tener que hacer efectivas las advertencias que el Presidente de la Comisión Europea había realizado al Presidente de Mauritania.

El conflicto ha surgido por la diferente interpretación de las partes con relación a la fecha de vencimiento del protocolo actual. La UE consideraba que vencía el 15 de diciembre. En cambio, Mauritania consideraba que la fecha de vencimiento era el 31 de julio. Ante esta situación, el negociador mauritano propuso desde el primer día de negociación que los buques pertenecientes a las categorías de pesca que ya hubiesen pescado desde el mes de agosto de 2012 y, por lo tanto, según ellos, ya habían pescado los dos años de duración del protocolo, debían abandonar la actividad. En cambio, los que comenzaron a pescar más tarde, podrían continuar pescando. El negociador mauritano, así mismo, rechazó todas las propuestas alternativas planteadas por la Comisión Europea y defendidas por España. La delegación española y Cepesca se han opuesto en todo momento a la propuesta mauritana, intentando que toda la flota española pudiera continuar pescando.

La Confederación Española de Pesca (Cepesca), a través de su Secretario General, Javier Garat, ha mostrado su decepción por la decisión, por considerar que “aunque Mauritania se ha salido con la suya, una vez más, en realidad es una decisión que perjudica gravemente a ambas partes. Los buques de la UE pierden un buen caladero donde pescar, con las implicaciones económicas y sociales que tendrá para sus empresas y trabajadores. Por su parte, Mauritania pierde los ingresos económicos que obtendría por el pago de las licencias y por las capturas y pierde la actividad económica y el empleo generado en los puertos mauritanos por los desembarques de las capturas. En realidad, es una decisión inexplicable, fruto de la cabezonería del negociador mauritano y de la poca firmeza de la Unión Europea”.

Así mismo, según Garat, “afortunadamente, por lo menos, los marisqueros onubenses se van a poder quedar pescando. Los 15 buques, que dan empleo a unos 300 tripulantes, solo han pescado en realidad unos nueve meses en estos dos últimos años, así que, sin duda, se merecían permanecer en el caladero. Esta noticia supone un gran alivio para esta flota que, por el momento, no tendría otra alternativa.”

La delegación de Cepesca que ha seguido de cerca en Nuakchot el desarrollo de las negociaciones ha estado formada por su Secretario General, Javier Garat y por dos representantes de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca de Marisco, ANAMAR, José Ramón Muriel, Presidente, y Fernando Rebollo, Jefe del Departamento de Navegación.