Cepesca plantea en el PE que la obligación de desembarcar no es una solución para acabar con los descartes: “solo corrige contradicciones normativas de la PPC que fuerzan a descartar”

El Vicepresidente de la Confederación Española de Pesca, Juan Manuel Liria, ha planteado esta tarde que la propuesta de la Comisión conocida como Reglamento Ómnibus que obliga a desembarcar todas las capturas para alcanzar el objetivo de descartes cero, no es una solución.

09/04/2014 El Vicepresidente de la Confederación Española de Pesca, Juan Manuel Liria, ha planteado esta tarde durante la audición sobre la nueva política de descartes organizada por la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo que la propuesta de la Comisión conocida como Reglamento Ómnibus que obliga a desembarcar todas las capturas para alcanzar el objetivo de descartes cero, no es una solución sino que apenas corrige contradicciones normativas de la propia Política Pesquera Común que fuerzan a descartar a los pescadores.

Liria ha destacado que son las propias medidas técnicas de la PPC las que a partir de un reparto de cuotas insuficientes por un desequilibrio en la estabilidad relativa, la prohibición de desembarcar tallas mínimas, o las capturas accidentales fuerzan al pescador a descartar, “no ofrece seguridad jurídica al sector cumplir la norma de desembarcar todo lo que pesca mientras se mantengan medidas que definen y obligan al descarte, por lo que habría que mantener cierta flexibilidad en tanto las medidas técnicas no se adecúan al nuevo objetivo ómnibus para lograr el descarte cero”.

De momento el sector solo tiene incertidumbres ya que desconocemos cómo evolucionará el reparto de TACs y cuotas, sin tener una estimación previa de descartes por pesquerías.

Para Cepesca lograr la eliminación de los descartes pasa por un reparto equilibrado de las posibilidades de capturas. La PPC lleva 20 años de retraso en la aplicación de políticas de prevención de los descartes por un reparto desequilibrado e inflexible de cuotas.

La obligación de descargar debe ser un objetivo a largo plazo y no inmediato debido a la falta de experiencia en la aplicación de estas políticas y la falta de adaptación a la realidad de las diferentes pesquerías europeas que plantean muchas singularidades y dificultades específicas en su aplicación, especialmente las pesquerías mixtas.

Liria ha insistido en que “dado el carácter de la legislación la prioridad

debe estar en una buena implementación dejando de lado un falso sentido de urgencia y atendiendo a valorar el impacto de la medida a todos los niveles, social, económico y medio ambiental de la misma. De manera que se facilite el cumplimiento del objetivo último que es eliminar los descartes en beneficio de todos”.

Liria ha propuesto que se agilice la tramitación de las nuevas medidas técnicas que no llegarán a tiempo de la entrada en vigor de la Obligación de descargas en 2015 por la lentitud del proceso legislativo comunitario en co-decisión, por lo que ha reclamado una aplicación flexible y progresiva mientras se pone a prueba.

Ha recalcado que son necesarios planes regionales de descartes elaborados de abajo hacia arriba para garantizar una buena implementación y cumplimiento, e control debe introducirse de manera progresiva, partiendo de la

experiencia adquirida. Un control suave durante los primeros años ayudará a aclarar los asuntos pendientes en cada pesquería, y para ganar el apoyo y la comprensión de los pescadores.

En conclusión para Cepesca la Obligación de desembarcar es una solución rápida y poco eficaz que carece de estudio impacto sectorial, que conlleva una carga administrativa excesiva para Estados Miembros y pescadores, impone nuevas reglas para el monitoreo remoto electrónico (REM) y los observadores. Introduce sobrecarga de trabajo por la estiba y control de la comercialización de las capturas por debajo de talla mínima separada y sanciones desproporcionadas al considerarse la violación de la obligación de descarga como una infracción grave.