Desayuno de trabajo sobre la Pesca de Arrastre de Fondo Sostenible

Cepesca se reune con el Secretario General de Pesca, Carlos Domínguez, con el director del IEO, Eduardo Balguerías, y con diferentes medios de comunicación para defender que la Pesca de Arrastre de Fondo también puede ser sostenible y no debe ser prohibida.

Cepesca se reune con el Secretario General de Pesca, Carlos Domínguez, con el director del IEO, Eduardo Balguerías, y con diferentes medios de comunicación para defender que la Pesca de Arrastre de Fondo también puede ser sostenible y no debe ser prohibida.

Antecedentes

En julio de 2012, la Comisión Europea propuso prohibir la pesca de arrastre de fondo con el objetivo de proteger la sostenibilidad de las especies de aguas profundas en aguas de NEAFC.

La propuesta, a ojos del sector, de la Administración y de las Instituciones Científicas independientes, era totalmente desproporcionada y se desmarca de las normas internacionales que regulan la pesca de especies de aguas profundas, determinadas tanto por Naciones Unidas como por las Organizaciones Regionales de Pesca, concretamente por NEAFC (North East Atlantic Fisheries Commission) y NAFO (Northwest Atlantic Fisheries Organization).

Durante más de un año, los miembros del Parlamento Europeo analizaron en detalle la propuesta de la Comisión. Al tratarse de un expediente muy técnico y complejo, organizaron varias audiciones con representantes de los científicos, del sector pesquero y de la sociedad civil. El sector agradeció el proceso de consultas y participó activamente en el mismo a través de Europêche y de la European Deep-Sea Industry Alliance.

El pasado mes de diciembre, el Pleno del Parlamento Europeo adoptó un compromiso en línea con la nueva Política Pesquera Común, logrando un equilibrio entre todas las partes afectadas. El Informe echa por tierra la intención de la Comisión de prohibir el arte de arrastre de fondo.

Tras una votación, en la que la presión medioambientalista fue la protagonista principal, se apostó por una gestión racional y sostenible de las especies de aguas profundas y por la protección de los ecosistemas marinos vulnerables sin prohibir ningún arte de pesca.

El informe del PE está completamente en línea con el principio de precaución y con el enfoque ecosistémico promovido por Naciones Unidas; prevé una revisión en cuatro años del sistema puesto en marcha, en base a criterios de sostenibilidad estricta de las pesquerías, dando tiempo suficiente para que nuevas reglas de la PPC puedan entrar en vigor y mostrar sus efectos; congela la huella de las actividades pesqueras de especies de profundidad; contribuye al desarrollo del conocimiento científico y a fomentar las relaciones entre los científicos y los pescadores; establece un rígido límite de capacidad pesquera a las flotas europeas; establece umbrales de captura muy estrictos para determinar cuándo un barco se considera que realiza pesca dirigida a especies de aguas profundas; introduce medidas estrictas que gestión espacial e impone duras medidas de control en los barcos.

Actualmente, tanto la propuesta de la Comisión como el informe del Parlamento Europeo, están en fase de análisis por parte de los grupos de trabajo del Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea. Una vez se alcance un acuerdo en el Consejo, se formará el trílogo para que las tres instituciones se pongan de acuerdo.

¿Qué es el arrastre de fondo?

La pesca con artes de arrastre es una de las más extendidas por todo el mundo, tanto a nivel internacional como en el caladero nacional. Aproximadamente, un 40 % de las capturas mundiales se realizan mediante arrastre de fondo u otras artes que entran en contacto con el fondo oceánico.

El arte consiste básicamente en un gran saco de malla con forma de embudo, dividido en dos mitades. El tamaño de la malla va decreciendo desde la boca de la red hasta el copo, que es por donde se cierra el embudo para acumular las capturas. De cada una de las alas de la red salen unos cables y unas “puertas” o divergentes, que mantienen la boca de la red abierta mientras es remolcada por el barco pesquero.

¿Cómo está regulado?

El arrastre es la modalidad de pesca más regulada en todo el caladero nacional, con muchas especificidades según las variaciones que presenta el litoral. Así, además de la prohibición de faenar en pareja en el Mediterráneo y en el Golfo de Cádiz y de practicar el arrastre pelágico – que trabaja entre dos aguas-, con el fin de preservar los recursos de sardinas, anchoas y túnidos, encontramos diferentes limitaciones en las profundidades permitidas para calar la red. Por ejemplo, en el Cantábrico y Noroeste no se puede pescar en fondos inferiores a los 100 metros, mientras que en el Mediterráneo y el Golfo de Cádiz la profundidad mínima se establece en 50 metros. En el Mediterráneo, además, está prohibido pescar en profundidades superiores a 1.000 metros.

La flota arrastrera tiene que descansar dos días en semana, la talla mínima de la luz de malla y el torzal (grosor del cordón que teje la red) también se regula y se controla en cada caladero. Se establecen vedas y zonas prohibidas para el arrastre en los casos en los que existen ecosistemas marinos vulnerables, como praderas de posidonias o corales.

En el Mediterráneo existe una flota dirigida a la captura de gamba roja en profundidades en torno a los 900 metros. En el Caladero Nacional, la pesca de arrastre se suele efectuar al fresco. Los barcos salen y regresan diariamente a puerto, con un horario preestablecido que no supera las diez horas, realizando lances de tres o cuatro horas y manteniendo las capturas en hielo hasta la llegada al puerto, lo cual asegura una calidad insuperable en sus productos.

La modalidad de arrastre de altura dirige su actividad a especies demersales o de fondo, actuando en aguas de la Unión Europea, aguas de terceros países y en aguas de alta mar. Esta flota arrastrero-congeladora se dirige a distintas especies de peces, crustáceos y moluscos según los diferentes caladeros. Desde las pesquerías de peces planos del Atlántico noroeste como el fletán negro y rayas; de gallineta, bacalao y camarón en el Atlántico nordeste o de cefalópodos, pulpo, sepia y marisco en el Atlántico centro-oriental (Mauritania o Guinea Bissau, fundamentalmente); sin olvidar la flota bacaladera que faena en Svalbard, Noruega y Mar de Barents.en la del Atlántico nordeste.

Cada una de estas pesquerías está regulada por sus respectivas Organizaciones Regionales de Pesca, por la UE y por España.

Los fondos y la huella de arrastre

Los fondos donde trabajan las flotas de arrastre suponen una porción relativamente pequeña del océano. En general, son áreas seleccionadas, que han sido altamente productivas durante décadas y que lo seguirán siendo si se controla adecuadamente el esfuerzo pesquero sobre las mismas.

Se trata mayoritariamente de labores repetitivas sobre fondos generalmente de limo, arena o gravilla ya colonizados y con muy reducido valor ecológico a proteger, que podrían ser el equivalente a las tierras dedicadas a las labores agrícolas en superficie, para las que a nadie se le ocurriría exigir que vuelvan a su estado original.

¿Cuáles son las especies de aguas profundas?

Las especies de aguas profundas no se definen por la profundidad de la captura

El proyecto DeepFishman (CE) establece en los 200 metros el límite científico

Son de aguas profundas las que pasan una parte importante de su vida por debajo de esa profundidad

No todas las especies capturadas por debajo de 200 metros se consideran de aguas profundas

Principales especies objetivo:

granadero

sable negro

maruca azul

brótola

gambas

rape

¿Cómo se gestionan estas especies?

La pesca de aguas profundas está regulada internacionalmente en las Organizaciones Regionales de Pesca (ORPs) donde ya hay medidas de protección adoptadas que van desde la congelación de la huella de arrastre, el establecimiento de reglas de movimiento que obligan a los buques a desplazarse de aquellas zonas donde identifican áreas coralinas o vulnerables, el establecimiento de zonas prohibidas para el arrastre y medidas de gestión de todas las especies que abarcan desde el establecimiento de TACs y cuotas, limitación de tiempos y periodos de pesca, censos y esfuerzo pesquero.

En los últimos años, el CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) ha determinado que las tres principales especies comerciales capturadas por la flota (sable negro, maruca azul y granadero) se explotan dentro de los niveles de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS).

El arrastre de profundidad: arte de pesca sostenible

Es sostenible:

Si realizamos la actividad en fondos de limo y fango.

Si protegemos los ecosistemas marinos vulnerables, evaluando dónde se encuentran y prohibiendo la pesca en esas zonas.

Si pescamos las especies de aguas profundas siguiendo las recomendaciones de los organismos científicos.

Si congelamos la huella de arrastre.

Si actuamos como observadores del medio marino y detectamos hábitats vulnerables para protegerlos del posible impacto negativo de la actividad pesquera.

Si somos capaces de homogeneizar las medidas de gestión a nivel mundial

El arrastre, como el resto de los artes de pesca, no es ni bueno ni malo, es sostenible en la medida en que se regula cómo, dónde y cuándo se usa en función de criterios científicos fundados

La prohibición del arrastre de fondo no es una solución aceptable para cumplir con los objetivos de sostenibilidad y protección de las especies de aguas profundas

Una gran parte del lecho marino está formado por fondos de arena, fango o grava donde el impacto del arrastre oxigena y mueve los sedimentos favoreciendo la generación de plancton y enriqueciendo la cadena trófica.

Es necesario evaluar qué áreas del fondo marino requieren medidas de protección especial y qué áreas pueden ser explotadas de manera sostenible sin dañar el ecosistema.

La prohibición de la pesca de arrastre de fondo en alta mar no permite esta distinción que debe hacerse.

Ya existen en vigor medidas en aguas comunitarias e internacionales para garantizar la protección adecuada de los ecosistemas marinos vulnerables (EMV), tales como los arrecifes de coral y los jardines de esponja.

Estas áreas son consideradas vulnerables debido a su alta biodiversidad, por lo que la pesca de altura está prohibida cuando existan.

En las aguas de la UE, 12.037 kilómetros cuadrados ya están protegidos, y otros 31.485 kilómetros cuadrados están a punto de ser protegidos. Juntos, suman más extensión que el tamaño de los Países Bajos. En aguas internacionales del Atlántico nororiental, una superficie total de 919.084 kilómetros cuadrados son zonas cerradas, que es más de tres veces el tamaño de Italia.

España es pionera en la detección de ecosistemas marinos vulnerables.

Alternativas a la prohibición

La pesca de profundidad en áreas aún no explotadas deberán aportar una evaluación de impacto previa para mostrar que no hay efectos adversos en los ecosistemas marinos vulnerables.

La carga de la prueba recaerá sobre la parte de la industria.

Si el buque se encuentra con evidencias de la existencia de hábitats vulnerables (corales, esponjas) por encima de un umbral determinado durante una operación de pesca, tendrá que dirigir su red hacia otras zonas.

Armonizar las medidas de protección a todas las ORP y organismos gestores de aguas internacionales y ZEE para no provocar competencia desleal a la flota UE

¿Qué ha hecho España durante estos últimos 10 años desde que empezaron a adoptarse las Resoluciones de Naciones Unidas para proteger los Ecosistemas Marinos Vulnerables?

España es pionera en la detección de los ecosistemas marinos vulnerables y en la investigación de las plataformas profundas de los océanos destacando su gran aportación a la comunidad científica internacional y a los organismos nacionales y regionales encargados de la conservación de los hábitats vulnerables.

El Instituto Español de Oceanografía ha tenido un gran protagonismo, acompañado por otras instituciones como la Secretaría General de Pesca, el CSIC, el proyecto Indemares y la industria pesquera, en el cartografiado de los fondos donde faena la flota española y en la evaluación del impacto de la pesca sobre los ecosistemas y fondos marinos

Así desde 2007, el buque oceanográfico Miguel Oliver ha realizado un estudio sobre hábitats vulnerables en Hatton Bank que identifico zonas especialmente vulnerables y permitió establecer zonas restringidas a la actividad pesquera de fondo protegiendo más de 16.000 km2.

También estudiaron los fondos del Atlántico y Pacífico Sur frente a las costas de Perú, Panamá, Argentina y Uruguay, descubriendo la existencia de cañones, montañas y colinas marinas con arrecifes de coral desconocidas hasta entonces.

El proyecto Internacional Nereida, donde España participó junto a otros países como Canadá, Reino Unido y Rusia y nuestro país cartografió 36.000 kilómetros cuadrados y permitió establecer medidas de protección de los fondos marinos vulnerables a través de las Organizaciones Regionales de Pesca, NAFO y NEAFC donde hay más de 20 áreas protegidas y, donde además en NAFO solo se puede faenar en zonas donde anteriormente se ha faenado (huella de arrastre).

También las cotas africanas han sido cartografiadas permitiendo establecer zonas de especial vulnerabilidad en Marruecos, el Cañón de Agadir, y fondos vírgenes de esponjas o arrecifes de corales profundos en Mauritania; así como frente a Namibia donde se estudiaron las montañas submarinas conocidas como Dorsal de Walbis.

Todo el litoral y la plataforma continental española ha sido cartografiada y estudiada aportando el conocimiento necesario para gestionar y establecer las medidas de protección de las áreas vulnerables y limitar su actividad a la pesca en la normativa y regulación del caladero nacional mencionadas con anterioridad. Del conocimiento obtenido más del 20% de las aguas españolas gozarán de algún tipo de protección a través de los LICs o de las ZEPAS dentro de la Red Natura.

En todos estos casos el sector pesquero ha mostrado su apoyo a este esfuerzo por conocer mejor el océano para evitar las posibles consecuencias negativas de la pesca y ha apostado por esta línea de trabajo frente a los que propugnan prohibir la pesca.

Evaluación del impacto socioeconómico de la flota de arrastre:

La flota de arrastre española representa el 12% del censo nacional con 1.038 buques arrastreros de las 8.795 unidades activas. Esta flota emplea a 8.089 tripulantes, el 22% de los 35.629 trabajadores de los buques pesqueros y captura en torno a 300.000 toneladas por valor de más 900 millones de euros en primera venta.

Sólo en Vigo, existen 123 buques de arrastre litoral, Gran Sol, Arrastre-congelador y bacaladeros que emplean a 2.112 tripulantes, cifra que habría que multiplicar por cinco para calcular el empleo total en industrias auxiliares de la pesca y genera un volumen de negocio cercano a los 219 millones de euros.