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Eugenio DOP

21/06/15

El arroz surge como un nuevo agroturismo

Al igual que se ha extendido en los últimos años el enoturismo, que aúna el conocimiento del mundo del vino con el disfrute del paisaje, la gastronomía y los valores culturales de las comarcas donde radican las viñas y las bodegas, empieza ahora un movimiento similar que pretende conseguir similares objetivos en el entorno arrocero de la Albufera.

Los propietarios de Finca Estell, radicada junto a El Palmar y al lago, han tomado la iniciativa de promover el agroturismo ligado a la cultura arrocera y como forma de prestigiar un elemento como el arroz, que es tenido por todos como tan propio de Valencia, pero que a la hora de la verdad queda vulgarizado, lo que se traduce en bajos precios para los productores y caída de rentabilidad. Una gran contradicción cuando todos coinciden en la gran calidad y diversidad de los arroces de la Albufera, base de una gastronomía que se valora de forma incuestionable.

Juan Valero, de Finca Estell, explica que lo que buscan es «poner en valor el cultivo del arroz en la Albufera y divulgarlo mediante actividades de turismo sostenible en el Parque Natural». No es la primera iniciativa de estos arroceros empeñados en modernizar lo que hacen y aprovechar las sinergias. Hace pocos años decidieron contar con una marca propia, Arroz Tartana, y emprender la aventura de la exportación con parte de lo que producen.

En su recién estrenada actividad turística ofrecen algo similar a lo que se hace ya en las bodegas o almáceras de aceite: dan a conocer a los visitantes las técnicas tradicionales de cultivo, muestran las instalaciones y explican todos los procesos, pueden darse paseos en barca por el lago y los canales, enseñan a diferenciar las variedades de arroz y la gastronomía asociada y se realizan degustaciones.

Para Valero «es muy importante que los ciudadanos conozcan todo esto», porque se aprecia mucho la Albufera y su entorno, se disfruta de la fauna y del arrozal, pero luego eso no se traduce hasta ahora en valorar que de ese arrozal sale el arroz que apreciamos y que no es todo igual. Así como, gracias al turismo enológico y la constante labor divulgativa de las bodegas, «la gente habla de diversas clases de vinos y diferencia Tempranillo, Cabernet, Merlot, Malvasía, Chardonnay, etc.», estos arroceros de Finca Estell aspiran a que «en nuestro caso podamos contribuir a que la gente sepa diferenciar por ejemplo las cinco variedades que cultivamos con la marca Tartana: Bomba, Albufera, Tipo Sènia, Sènia integral y Marisma, así como otras que pueden incorporarse otros años».

A diferencia de lo que ocurre en Italia, en España «nunca se ha exigido que se etiquete marcando qué variedad es, lo que ha contribuido a devaluar el producto. «Y así tenemos que un consumidor valenciano puede conocer por ejemplo variedades italianas, como Arborio o Carnaroli, pero no diferencia las de casa».

Juan Valero sostiene que «debemos preguntar en los restaurantes por los arroces que usan y exigir variedades concretas». Esto es lo que se preconiza desde la Federación de Hosteleros de Valencia con el proyecto 'arroceando', en el que participa Finca Estell, así como en el 'Mes del Arroz' organizado