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El país de las 'oportunidades'

Los datos de exportación no dejan lugar a las dudas. El aceite de oliva rompe fronteras. Y lo hace con una fuerza enorme al otro lado del charco, en los Estados Unidos. En zonas como las costas Este y Oeste, Chicago o Texas, el consumo per cápita es superior al que se registra en los países tradicionales.

Tanto es así que, según los datos del ‘Informe Deoleo’, que fue presentado el lunes, se trata ya «del tercer o cuarto» mercado en volúmenes de consumo, con una media de 300.000 toneladas anuales –en España, por ejemplo, se alcanzaron las 500.000 en la pasada campaña–. Ahora bien, si usted preguntara por aquellos lares de dónde viene ese ‘oro líquido’, es muy probable que la inmensa mayoría de los encuestados le respondieran, sin titubeos, que de Italia. ¿Por qué? Pues muy fácil. Por tradición. Porque siempre ha sido así. Pero una cosa es el dicho y otra el hecho.

Es cierto que el veintitrés por ciento de esas 300.000 toneladas son comercializadas por marcas españolas, pero también es igual de cierto, según el estudio de Deoleo, que otro veintisiete por ciento, unas 81.000 toneladas en números redondos, viene de Italia pero está fabricado en España. Y claro, si tenemos en cuenta que la mitad de la producción nacional se genera en los sesenta millones de olivos de la provincia, ya podrán intuir que, en efecto, Jaén tiene mucho que decir.

Pero no. No nos equivoquemos. Esto de que 81.000 toneladas pasen por italianas cuando realmente son ‘made in Spain’ es mucho más que una reivindicación identitaria. Es una cuestión económica ya que España, y por ende Jaén, está dejando escapar el valor añadido del envasado. Y no hablamos de calderilla. Frente a los 1,80 euros pelados que ingresa una cooperativa por vender un kilogramo a granel a un cliente de Italia, este mismo comercializador está vendiendo allí, en las estanterías de los supermercados norteamericanos, a 6,10 euros. Cuatro euros largos de diferencia. Multipliquen por 81.000 toneladas y comprueben ustedes mismos quienes se están llevando ‘la parte del león’.

La enseñas de España acaparan cada vez más protagonismo en los lineales. Pero, a juicio de Deoleo –y este es un mensaje muy negativo para Jaén, cuya economía depende del olivar–, los niveles de demanda en Estados Unidos bajan «por los cambios bruscos de precios». Es decir, si suben malo porque dejan de comprar. Y si bajan también malo, siempre desde la perspectiva de los productores, ya que ni tan siquiera se cubren los costes de explotación. Una complicada tesitura.

Dos millones de toneladas disponibles esta campaña

Deoleo, líder marquista en aceite de oliva, presentó el ‘Informe Deoleo 2013-14’ con las estimaciones de producción y consumo de la campaña en curso. Así, Deoleo prevé que la producción supere 1.700.000 toneladas, una cifra histórica, lo que, sumado a las existencias de la campaña anterior y a las importaciones, resultará en unas disponibilidades totales de más de 2.032.000 toneladas, que cubrirán las necesidades del mercado nacional y facilitarán el aumento de las exportaciones.

Los buenos resultados de producción de esta campaña responden fundamentalmente, según Deoleo, a una climatología favorable, a las buenas condiciones de las plantaciones de olivo tras una cosecha reducida de aceituna y al aumento del rendimiento graso de los frutos. Este resultado contrasta con el de la campaña 2012-2013 –que también se analiza en el Informe– caracterizada por una de las producciones más bajas de los últimos años debido principalmente a unas condiciones meteorológicas adversas.