El regadío suaviza el calor extremo

Investigadores de La Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EHT) y otras universidades han encontrado que la expansión del regadío ha atenuado el calentamiento antropogénico en los días de calor extremo, en particular en el sur de Asia.

Fecha: 03-Feb-2020

Fuente: iagua

El regadío a gran escala es uno de los usos del suelo que más afecta a las condiciones climáticas, especialmente el calor extremo, en varias zonas del planeta. Un nuevo estudio publicado en Nature Communications por un equipo internacional de científicos liderado por Sonia Seneviratne, profesora de la EHT en Zúrich, ha analizado datos observacionales y simulaciones del clima global para aislar los efectos que tiene el regadío sobre el clima de otros impactos de la actividad humana sobre el clima, en particular las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los resultados indican que existe un enfriamiento durante los periodos de calor extremo en zonas del mundo con grandes extensiones de regadío como el sur de Europa, el norte de África, el sur de Asia y los Estados Unidos. La contribución del calentamiento global a episodios más frecuentes e intensos de calor extremo se vio neutralizada en parte o completamente por el efecto de enfriamiento que tiene el regadío en esas regiones, especialmente en el sur de Asia, donde se reducía la probabilidad de episodios de calor extremo por un factor de 2 a 8.

Según la profesora Seneviratne, en las regiones citadas la expansión del regadío ha enmascarado los episodios de calor extremo del calentamiento histórico debido a las emisiones de gases de efecto invernadero y otros factores que afectan al clima. Ya que las zonas con grandes extensiones de regadío están densamente pobladas, se calcula que actualmente 1000 millones de personas se benefician de este efecto amortiguador del calor extremo gracias a la expansión del regadío en el siglo XX.

Sin embargo, se desconoce si este beneficio seguirá produciéndose de cara al futuro. La sobreexplotación de las aguas subterráneas y el retroceso de los glaciares pueden dar lugar a un descenso de los recursos disponibles para el regadío a largo plazo. Por una parte podría estabilizarse o disminuir la superficie global de regadío, y por otra el uso agrícola del agua posiblemente será más eficiente para poder alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. En tal caso, el efecto de enfriamiento inducido por el regadío podría estabilizarse, y acelerarse el calentamiento; de momento se trata de una suposición y los estudios en curso tratan de dar respuesta a dicha cuestión.