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El suelo forestal de España guarda tanto carbono como el que se ha emitido 29 años

El investigador del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de Cataluña (Creaf), Enrique Doblas-Miranda, ha dado a conocer en Barcelona los resultados de esta investigación pionera en España, que señala que el cambio climático y de usos del suelo podría reducir las reservas de carbono en los suelos españoles. Asturias, Galicia, Cantabria y el País Vasco son las comunidades con más concentración de carbono subterráneo, mientras las áreas mediterráneas, Extremadura y Andalucía son las que acumulan menos, y Cataluña se sitúa en la media española y almacena 8,8 kilogramos de carbono por metro cuadrado.

En la investigación han colaborado un centenar de científicos de toda España en el marco del proyecto Montes-Consolider entre los años 2008 y 2013, junto con estudiosos del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTF) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

Unos datos claves para planificar la gestión de los bosques y territorios

Los resultados del estudio son una herramienta clave, ha precisado el investigador, para tener en cuenta la futura gestión de los bosques y del territorio.

Ha argumentado, en este sentido, que "si queremos mantener este carbono bajo nuestros pies y no emitirlo a la atmósfera deberemos hacer una gestión forestal y territorial a medida, que asegure la conservación de estas reservas".

El almacenamiento natural del carbono es un proceso muy lento, ha explicado, mientras que su liberación a la atmósfera podría acelerarse a causa de una gestión incorrecta de los suelos forestales, y ha citado el ejemplo de Canadá, donde ya se realiza una administración de las talas de árboles intentado perjudicar lo menos posible al suelo.

Según Doblas-Miranda, el clima y el tipo de vegetación determinan en gran parte la cantidad de carbono que puede almacenar el suelo, por lo que ha alertado de que un clima más caluroso y seco podría provocar la reducción de las reservas de carbono.

Un reparto desigual según la vegetación

"Si aumenta la temperatura en las zonas húmedas, como Galicia, probablemente los microorganismos del suelo trabajarán más rápido, consumirán más materia orgánica y emitirán más CO2", ha precisado. No obstante, ha puntualizado que el estudio es "la primera fotografía" de la situación actual de los suelos forestales de la España peninsular y que el estudio debería repetirse más adelante para saber si ya se está dando este fenómeno o si las tendencias se mantienen estables.

Los 2.544 millones de toneladas de carbono acumulado en los suelos forestales se reparten por el territorio de manera desigual, según el tipo de vegetación, ya sea prado, matojo o bosque, o el clima de la zona.

De media, cada metro cuadrado de suelo forestal español acumula 8,7 kilos de carbono, un valor que puede variar entre 6,5 y 11,6 kilos, según la zona. Los suelos de los bosques acumulan materia orgánica a medida que reciben restos de hojas que caen de los árboles, y raíces que mueren, por ejemplo, y pierden una parte del carbono que guardan a través de la descomposición de la materia orgánica que realizan los microoganismos que viven y se alimentan ahí.

El suelo de cultivo y urbano no es analizable

Para hacer este estudio se han analizado más de 900 perfiles de suelo forestal reunidos por el investigador del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña Pere Rovira, y se han obtenido modelos estadísticos para extender la información sobre un mapa allí donde no había información disponible, ha precisado Doblas-Miranda.

El resto de suelos, ya sean de cultivo o urbanos, no se han tenido en cuenta porque tienen una capacidad de almacenar carbono "muy variable en el tiempo" y muchos dependen del tipo de manejo humano, que puede cambiar mucho de un año para otro, ha indicado el investigador.

La cantidad de toneladas de carbono que guardan los suelos forestales por comunidades autónomas y el porcentaje que representa cada una en el total de España es el siguiente, según los datos facilitados por el estudio del CREAF, CTFC y la UAB.