En el IFAPA de La Mojonera (Almería) consiguen el control biológico del virus Nueva Delhi

El secreto de este control está en la temprana instalación del ácaro Amblyseius swirskii en el semillero, antes del trasplante al invernadero. El cultivo del calabacín es uno de los que menos control biológico está utilizando, un 13 por ciento en la actualidad, por lo que si Swirskii está instalado en la planta desde el semillero, se evita que el vector del virus, la mosca blanca Bemisia tabaco, pueda inocular el virus en las plantas.

Fecha: 05-Sep-2017

Fuente: HortoInfo

Uno de los mayores azotes para el cultivo del calabacín en los últimos tiempos, el virus de la hoja rizada del tomate de Nueva Delhi (Tomato leaf curl New Delhi virus, ToLCNDV), conocido popularmente por virus Nueva Delhi, ha podido detenerse mediante control biológico en el centro del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), en La Mojonera (Almería).

El secreto de este control está en la temprana instalación del ácaro Amblyseius swirskii en el semillero, antes del trasplante al invernadero.

Este virus se transmite con enorme facilidad por la mosca blanca, afectando al desarrollo normal de la planta y dificulta la obtención de frutos comerciales, sobre todo en cultivos de calabacín y melón.

El cultivo del calabacín es uno de los que menos control biológico está utilizando, un 13 por ciento en la actualidad, por lo que si Swirskii está instalado en la planta desde el semillero, se evita que el vector del virus, la mosca blanca Bemisia tabaco, pueda inocular el virus en las plantas. Como se sabe, la lucha puramente química no es capaz de erradicar la plaga ni la enfermedad, ya que la mosca blanca puede hacerse resistente a tratamientos químicos.

Un equipo de investigadores del IFAPA en su centro de La Mojonera, formado por los entomólogos María del Mar Téllez y Estefanía Rodríguez, y los virólogos Dirk Janssen y Almudena Simón, han encontrado una forma de control en cultivos de calabacín, tanto para el virus, como para su vector, la mosca blanca. Los resultados de esta investigación han sido publicado en la revista “Biological Control” (Elsevier), y se basan en la temprana instalación del ácaro Amblyseius swirskii en el semillero, previo al trasplante en invernadero.

Los resultados de investigación han sido obtenido en el proyecto E-RTA2014-00020, financiado por el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria) y coordinado por Dirk Janssen, donde se estudia la biología del virus de Nueva Delhi, particularidades de la transmisión por mosca blanca, y se desarrolla un control con variedades de hortícolas resistentes al virus. Ahora los últimos resultados de este proyecto abren el camino hacia un control biológico, y por tanto sostenible, de este temido virus y su vector.

Los virus en los invernaderos

El sistema hortofrutícola en Andalucía ha percibido siempre las virosis como serias amenazas. A lo largo de treinta años, en los cultivos hortícolas protegidos en invernadero, han sido unas treinta especies de virus los que han causado pérdidas económicas, a veces muy importantes. Muchos de ellos están íntimamente ligado a insectos-plagas, tal que hasta un tercio de los virus encontrados en nuestros cultivos son transmitidos por la mosca blanca, Bemisia tabaci. Esta mosca, de apenas un milímetro, puede infestar a más de 500 especies de plantas, y está altamente adaptada a las condiciones de cultivo en invernadero; puede reproducirse en todas las especies hortícolas cultivadas en nuestros invernaderos, como el tomate, pimiento, pepino, melón o calabacín.

La mosca blanca como vector

La mosca blanca trasmite virus que causan amarilleos en las hojas de tomate, pepino, melón y judía. También transmite el conocido ”virus de la cuchara en tomate”. Sin embargo, han sido los estragos causados por otro virus, el de “las venas amarillas” en el año 2000, lo que motivó que todo el sector agrario, apoyado por la administración pública, inició lo que iba ser la Revolución Verde: el cambio gradual desde depender de tratamientos químicos hasta usar exclusivamente el control biológico e integrado contra las plagas, este último, siendo mucho más sostenible y saludable, tanto para el consumidor como para el propio agricultor.

La situación empezó a torcerse en el año 2013 con la aparición del “virus de Nueva Delhi” afectando sobre todo calabacín y melón.

Después de haber entrado en España, el virus se ha visto en otros países mediterráneos como Italia, Túnez o Marruecos.

Los nuevos desarrollos en el control biológico de la mosca blanca dan una esperanza para poder controlar no solamente el virus de Nueva Delhi, sino otras 150 especies de virus que son transmitidas mundialmente por el mismo insecto.