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Daniel Martínez

20/04/15

La apuesta por la I+D, clave para el sector lácteo ante el final de la cuota

Tras más de 30 años de su aplicación, las opiniones sobre el futuro son dispares. Los grandes productores de leche del norte de la UE lo afrontan como una oportunidad y se plantean estrategias para incrementar las exportaciones comunitarias de productos lácteos. Por contra, los países del sur están preocupados por la desaparición del sistema de cuotas, que podría aumentar la producción y en consecuencia la bajada de precios, dejando desprotegidos a los ganaderos. Aunque tendrán que acostumbrarse a la volatilidad de los precios, también se abren para ellos nuevas oportunidades.

La eliminación de la cuota láctea no tiene por qué ser traumática para España. Nuestro país tiene un 25% de consumo sin cubrir y un gran potencial de crecimiento en quesos y derivados. Si bien a corto plazo el sector aprovechará el tirón del consumo interno, situado en torno a los 10 millones de toneladas, ha de seguir poniendo el foco en las exportaciones, especialmente en China que necesitará importar unos 10 millones de toneladas anuales de leche en un futuro próximo.

En un mercado cada vez más globalizado se pone en marcha un proceso de cambio de gran alcance, donde la competencia basada en costes de producción se acentuará. Ahora bien, para contar con más oportunidades en los mercados internacionales, el sector lácteo español debe realizar un importante esfuerzo por incrementar su productividad, competitividad, mejora de las exportaciones y fomentar el producto de valor añadido. Para conseguirlo, deberá realizar un esfuerzo inversor en innovación para tener un adecuado dimensionamiento de las explotaciones, abordando estrategias de producción y comercialización nuevas a través de la diversificación de producto.

Es necesario que los productores se unan e integren con la industria, lleguen a acuerdos a largo plazo para estabilizar precios y juntos generen estrategias de futuro equilibrando la cadena de valor de los actores que la integran. En el nuevo contexto serán claves la eficiencia, control y optimización de costes de las explotaciones y procesos de elaboración para ser competitivos, realizando un esfuerzo inversor en su modernización y adecuado dimensionamiento. Ello se consigue revisando desde los costes energéticos y de materia prima de las explotaciones, pasando por la innovación tecnológica y la mejora genética, sin dejar de mirar hacia los mercados exteriores como grandes demandantes, como es el caso del mercado asiático ya comentado.

En el campo de la innovación, es necesario fortalecer la colaboración entre organismos generadores de conocimiento y el sector, siendo fundamental la transferencia de conocimiento de las investigaciones que se desarrollen para hacer más competitivos al sector. Se necesita un sector lácteo bien estructurado y dimensionado, con una mayoría de explotaciones con vocación de futuro, que elaboren productos innovadores y de calidad, adaptados a las nuevas demandas de los consumidores. Éstos deben ser ya protagonistas de la decisión sobre el origen y modo en el que se producen los alimentos, desde la trazabilidad, bienestar animal, uso de hormonas, confinamiento versus pastoreo, grasas empleadas, etc.

En este sentido, las instalaciones de la Comunidad de Castilla y León son una muestra del trabajo constante y de fondo encaminado al éxito. Desde el año 2000 ha invertido más de 168 millones de euros en innovación tecnológica y modernización de sus explotaciones, hasta posicionarse como la mejor dimensionada de España y entre las primeras de Europa. Con los 88 millones de euros de fondos públicos empleados en ello, han conseguido una producción de 511 toneladas de leche por granja, frente a los 345 Toneladas/explotación de la media nacional y las 236 Toneladas/explotación de la Unión Europea. Es la segunda región productora de leche de vaca, con 820.000 toneladas al año, el 13% del total nacional, cuenta con 5.000 personas vinculadas al sector (1.600 de ellas ganaderos y 3.400 trabajadores en la industria láctea comercializadora de leche de vaca y derivados), y genera 1.300 millones de euros/año de actividad económica. En cuanto a dimensión, las explotaciones de Castilla y León están en cifras similares a las granjas holandesas, danesas y del Reino Unido, las explotaciones más dimensionadas de la UE. El proyecto de innovación ENERLÁCTEO, cuyo objetivo es aumentar la eficiencia energética de las explotaciones de vacuno a través de las medidas de ahorro energético para mejorar su competitividad, es también uno de los más importantes en España.

Otro ejemplo a reseñar es el del Aula de Productos Lácteos, centro puntero en España, integrado en el Instituto de Investigaciones y Análisis Alimentarios de la Universidad de Santiago de Compostela. Una de las nuevas líneas en las que centra sus investigaciones es sobre la leche concentrada, un producto al que recurren las industrias lácteas para tratar de afrontar los picos del mercado y que les permitirá investigar y desarrollar productos a la carta, en función de las necesidades y demandas de cada industria. A las líneas de leche líquida, yogures y quesos, se suman las posibilidades de las pastas blandas y frescas; pasta helada o la esterilización de leche y productos viscosos.

"Leche Pascual y Esteve a través de la marca Diabalance, y que ofrecen productos específicos para las personas que sufren diabetes a través de la gran distribución alimentaria y farmacias"

En cuanto a las empresas españolas líderes del sector, las nuevas oportunidades de mercado canalizadas a través del I+D+i se focalizan en: productos, procesos, seguridad alimentaria, sostenibilidad y especialmente nutrición. Si bien hasta hace poco, en los lineales de los supermercados encontrábamos de forma paulatina nuevas versiones de productos lácteos enriquecidos en calcio, omega3, bajos en lactosa, etc., este ritmo de innovación se ha visto frenado por la crisis económica y por el poder de fuerza que toman las marcas blancas en la actualidad. La coyuntura económica ha provocado una reorientación de la investigación láctea, de añadir elementos a la leche beneficiosos para los consumidores, a actuar en la modificación genética del ganado vacuno para obtener leche que incorpore los elementos saludables para el consumidor, sin tener que añadirlos a posteriori.

No cabe duda que las principales líneas de investigación de las empresas del sector lácteo están ligadas a preservar la Salud, no sólo como vía de diferenciación, sino también como búsqueda de alternativas más rentables para hacer frente a las demandas de un consumidor preocupado cada vez más por su salud. Abordan desde el crecimiento y el desarrollo del ser humano, la digestión óptima, el control del peso, la protección ante enfermedades, etc. Algunos ejemplos que podemos mencionar son: la leche en polvo diseñada para la población celíaca, que reduce la respuesta inflamatoria en el intestino delgado, o los ya finalizados proyectos Cenit SENIFOOD y HENUFOOD. El objetivo de SENIFOOD, realizado durante 4 años, con un presupuesto de 24,6 millones de euros, fue mejorar la calidad de vida de las personas mayores por medio de la alimentación, abordando las carencias nutricionales o patologías propias del envejecimiento. HENUFOOD es un ejemplo de cooperación público-privada en el desarrollo de I+D en alimentación y salud. Ha conseguido lanzar al mercado leche con fitoesteroles que reducen el colesterol. Otro ejemplo es el de las alianzas entre empresas del sector lácteo y Farmacéutico, como la protagonizada por los grupos Leche Pascual y Esteve a través de la marca Diabalance, y que ofrecen productos específicos para las personas que sufren diabetes a través de la gran distribución alimentaria y farmacias.

En este contexto resulta vital entender qué aspectos de la innovación inciden de forma efectiva en la capacidad competitiva de la industria láctea española, que afronta nuevos retos tras el final de las cuotas lácteas. La innovación es una oportunidad de crecimiento para posicionarse en un mercado donde la demanda global continuará aumentando un dos por ciento en los próximos años, especialmente en productos con valor añadido como el queso.