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Marta García

31/01/13

La Asociación Valor Ecológico presenta su nuevo sello de garantía: Ecovalia

Creada en 1991, esta entidad sin ánimo de lucro refuerza así su liderazgo en el sector con este proyecto que ha sido presentado en un acto celebrado esta tarde en la Fundación Valentín de Madariaga y ante unos 200 asistentes. El lanzamiento de este sello coincide con la reciente adopción de la nueva denominación de la entidad -en sustitución de Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE)- que se corresponde mejor con su realidad: por un lado, su ámbito de actuación va desde hace años más allá de las fronteras de Andalucía, y por otro, comprende toda la producción ecológica, además del comercio y la restauración, no solo la agricultura. El director general de la Asociación Valor Ecológico, José Luis García Melgarejo, ha explicado las razones para este cambio en una entidad que es pionera entre los organismos de la producción ecológica en España y que se encuentra entre las principales organizaciones de referencia a nivel europeo, tanto en número de asociados -más de 13.000- como en acciones encaminadas al desarrollo del sector. “Con esta nueva designación, se pretende hacer más visible el trabajo y el esfuerzo de los productores y empresas ecológicas”, ha enfatizado el director general de la Asociación Valor Ecológico. “Comienza una nueva etapa en la que nos centramos en el valor como concepto, en un doble sentido. Por un lado, el valor como cualidad. Por otro, el valor como la actitud y la voluntad que es necesaria para afrontar retos o cambios de época”, ha subrayado García Melgarejo. Igualmente, ha expresado que la nueva denominación, aprobada por la asamblea general de la entidad a finales del año pasado, “alude al valor desde el punto de vista de la calidad de los productos, y al valor desde la perspectiva de la valentía y el arrojo necesario para cambiar las cosas o explorar lo desconocido”. También ha hecho referencia al “enorme potencial” de la producción ecológica en Andalucía y en España, con 1,8 millones de hectáreas certificadas. “La producción ecológica mueve en el mundo más de 46.000 millones de euros al año, y nuestra asociación, con más de 900.000 hectáreas certificadas, lidera el sector en Europa”, ha agregado García Melgarejo, para quien el reto ahora es potenciar el consumo interno. Finalmente, se ha referido a esta política como motor del cambio en medio de la crisis actual. “La solución está en nuevos valores e ideas, y la producción ecológica forma parte de estos valores e ideas”, ha dicho. Igualmente, ha destacado la responsabilidad que supone conseguir el sello Ecovalia, “una marca que además garantiza un compromiso con los trabajadores, el cumplimiento de los convenios colectivos, la no discriminación por razones de sexo, ideología u otras”. En el encuentro se ha hecho referencia también algunas experiencias piloto con la marca Ecovalia, como es el caso de Flor de Doñana, empresa ubicada en Almonte (Huelva) y que lleva más de 15 años dedicada exclusivamente al cultivo ecológico. Su gerente, Juan María Rodríguez Borrego, ha explicado cómo trabajan en la producción ecológica. “Combinamos técnicas antiguas con modernas y tenemos en cuenta cuestiones como que es muy importante la gestión de los residuos, del agua de riego… Somos conscientes de que la protección de la biodiversidad es una meta a la hora de hacer producción ecológica, además de ofrecer al consumidor productos que son sanos”, ha expresado el empresario. El presidente de la Asociación Valor Ecológico, Francisco Casero, ha sido el encargado de cerrar el acto. En su intervención ha destacado que la producción ecológica no es una idea de románticos, sino que responde a una realidad cuantificable con cifras. Basta un ejemplo: el aceite de oliva envasado que vende España no llega al 25%, pero el ecológico supera el 42%. Por otro lado, ha recalcado que “no solo hablamos de un producto, de una garantía, de una certificación, sino de que ese producto sale de un medio y que hay personas detrás, que tienen sus derechos. Es fundamental potenciar la riqueza empresarial para garantizar el bienestar de los ciudadanos, para recuperar el equilibrio que se ha perdido”. Tampoco se ha olvidado de los “tremendas dificultades” con las que se encuentra el sector a la hora de poner en marcha nuevos proyectos “por las trabas burocráticas y normativas que no se pueden tener sentido en la sociedad actual”.