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Marta García

27/09/15

Las metas globales del 2030 ponen el hambre y la agricultura al centro de la política mundial

"Nos hemos dado una tarea enorme, que comienza con el compromiso histórico de no sólo reducir sino también erradicar la pobreza, el hambre y la malnutrición de manera sostenible, porque cuando hablamos de un mundo sostenible, no podemos dejar a nadie atrás", ha señalado durante su intervención al Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible 2015.

Catorce de los 17 nuevos ODSs adoptados por el Cumbre están relacionados con la misión histórica de la FAO, señaló el Director General. El segundo objetivo - que es "acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutricióny promover la agricultura sostenible"- debe ser perseguido con urgencia ya que un progresorápido en ese frente es la clave para los demás objetivos, agregó.

La agricultura sostenible y el hambre cero

"Sólo podemos descansar cuando logremos hambre cero", dijo Graziano da Silva.

Los ODSs continúan y amplían los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que fueron establecidos en 2001 y que vencen este año, cuya meta de reducción del hambre fuecumplidapor más de la mitad de los países monitoreados por la FAO. Sin embargo, cerca de 800 millones de personas aún sufren subalimentación crónica.

Una mayoría de los pobres y hambrientos del mundo viven en las zonas rurales, y mejorar sus medios de vida es el principal reto, dijo Graziano da Silva.

Hacerlo requerirá promover el crecimiento inclusivo e inversiones responsables que respondan a las necesidades de los pobres del mundo, dijo.

"Necesitamos construir sistemas agrícolas y alimentarios más sostenibles, que son resistentes al estrés y más capaces de hacer frente y responder al cambio climático", añadió.

Invertir en agricultura medioambientalmente sostenible no será suficiente por si mismo, si no que también se requieren sistemas de protección social bien diseñados, agregó Graziano da Silva.

Recordó a los líderes mundiales que en los próximos 15 años se necesita una inversión adicional de 160 dólares al año por persona en situación de pobreza extrema, para acabar con el hambre.

"Esto representa menos de la mitad del ingreso mundial en 2014. Y es sólo una pequeña fracción del costo que el hambre y la malnutrición imponen a las economías, las sociedades y las personas", dijo.