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Las uvas de vinificación se cobrarán a 30 días a partir de la última entrega de mercancía

Viticultores y bodegas continúan a la espera de la inminente “interpretación” que la Agencia de Información y Control Alimentarios haga de la ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, en lo que respecta al vino y, en especial, a los plazos de pago de las uvas.

Es un asunto trascendente, porque explicará cómo deberán abonarse las uvas de vinificación y marcará además los criterios de actuación de la AICA, su actividad de inspección —que se intensificará en la próxima vendimia— y las posibles sanciones por incumplimientos.

Fuentes del sector productor consultadas por Efeagro han señalado que esta interpretación, por lo que les ha avanzado ya la AICA y que se hará pública en breve, confirmará lo que ha dicho el Gobierno hasta ahora —la ley de morosidad les respalda—.

Que la uva de vinificación es un producto perecedero y tendrá que pagarse “a 30 días” a partir de la última entrega de mercancía. Es decir, los viticultores cobrarían a los 30 días desde el último remolque que depositen en una bodega, según las fuentes.

Y todo, a pesar de que el sector bodeguero ha venido reclamando al Ejecutivo de forma insistente que la uva de vinificación se considere como un “no perecedero” y pueda pagarse “a 60 días”.

Asimismo se introducirá, según las fuentes, una “salvedad” para las uvas que dependen de una calificación posterior a la entrega física, como es el caso de las que se destinarán a elaborar vinos con figuras de calidad, como denominaciones e indicaciones geográficas. En este último caso, se pagarán las uvas “a 30 días”, como si fueran uvas comunes, pero (y aquí está la novedad principal), los productores recibirán después un complemento de precio si estos granos se destinan a la producción de vinos con denominación de origen —más apreciados y de mayor valor económico—.

Los viticultores cobrarían este diferencial de precio o segundo pago 30 días a partir de la fecha de calificación emitida por la empresa certificadora o Consejo Regulador en su caso.

Mercado del vino

Sobre el precio del vino, José Ugarrio (Asaja) afirma que el mercado está tranquilo, con pocas operaciones, y precios bajos —más en los blancos que en los tintos— que no se explican, porque la última campaña fue media y las existencias a 31 de julio estarán en la medida de los últimos 10 años.

Sin embargo, hay algunas mejoras en los últimos días, según datos del Ministerio de Agricultura, que recoge precios de 1,76 euros por hectogrado para el vino blanco entre el 22 y el 28 de junio, lo que supone un alza del 0,57% respecto a la semana anterior, de media. Esta categoría se paga a 3,05 euros/hgdo en Albacete; 1,61 en Badajoz; 1,69 en Ciudad Real; 1,81 en Cuenca y 1,80 en Toledo. Y, el tinto, cotiza a 2,83 euros/hgdo, tras subir el 0,35%.

Por lonjas, el tinto se abona a granel y salida de bodega a 3,37 euros/hgdo en Albacete; 2,73 en Ciudad Real; 2,96 en Cuenca; 2,46 en Badajoz; 3,10 en Murcia; 2,39 en Toledo y 2,56 en Valencia.

Previsiones de cosecha

Desde COAG, Joaquín Vizcaíno avanza una cosecha de entre 43 y 45 millones de hectolitros a nivel nacional, aunque las cifras son muy provisionales por las incertidumbres que plantea la sequía y porque faltan por cuantificar algunos daños de los últimos pedriscos.

El sector tiene claro que ya no habrá cifras récord este año ni similares a la campaña 2013, cuando se superaron los 50 millones de hectolitros, como algunos proyectaban antes de que llegaran las adversidades climáticas que rebajaran bastante los registros.

Será una vendimia precoz, añade, ya que la ola de calor de mayo aceleró el ciclo vegetativo, por lo que es posible que ya a mediados de agosto se vendimien uvas verdejo, chardonnay, merlot o syrah...

El experto de UPA José Manuel Delgado comenta que el sector no se ha recuperado de la crisis del ejercicio pasado —cuando se estuvo a punto, incluso, de hacer una destilación de urgencia pagada por el propio sector— y que los precios durante esta campaña rondan 1,60-1,80 euros por hectogrado, “los más bajos de los últimos años”.

Lamenta que España fue en 2014 líder mundial en exportaciones —vende al exterior dos tercios de sus cosechas— pero lo hace con los precios más bajos, 1,04 euros por litro de media y 40 céntimos en el caso de los graneles, lo que redunda también en las escasas remuneraciones que reciben los viticultores por sus uvas.

“Los precios están hundidos”, coincide en remarcar también la viticultora extremeña Catalina García (UPA-UCE), tras añadir que hay mucho vino vendido pero no retirado de las cooperativas y bodegas de esta comunidad autónoma y, por tanto, pendiente de cobro.

Avanza que la próxima vendimia estará muy adelantada —no descarta que puedan recogerse fincas desde el 10 ó 15 de agosto— y, en Extremadura, será un 25% inferior en producción al año pasado.