Manual de buenas prácticas para la industria alimentaria

La Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), junto con una empresa especializada en Higiene Industrial, Cleanity, presentaron ayer jueves, en el marco del evento anual Alibetopías, un Manual de Buenas Prácticas para la Industria de Alimentación y Bebidas que tiene como objetivo facilitar a estas empresas la puesta en marcha de nuevas medidas que garanticen la Seguridad Alimentaria en sus instalaciones.

Fecha: 23-Oct-2018

Y es que, en efecto, las industrias alimentarias han evolucionado en los últimos años de forma exponencial, un crecimiento que ha conllevado también nuevas y mayores exigencias en materia de seguridad alimentaria, limpieza y desinfección. Por ello, este Manual de Buenas Prácticas identifica siete retos a los que se enfrentan las industrias alimentarias, desde la reducción de consumos, el control de las dosis utilizadas, hasta el diseño higiénico de las industrias.

Manual de Buenas Prácticas

Reducción de consumos. Representa una importante preocupación de todas las organizaciones, tanto por cuestiones económicas como por impacto medioambiental, y que según se explicó en la presentación del Manual, “esta preocupación se ve claramente en lo que se refiere al proceso de higiene industrial, puesto que lo óptimo y lo que demandan cada vez más empresas es equilibrar el tiempo, la acción mecánica y química y la temperatura para conseguir reducir los consumos garantizando a su vez la seguridad alimentaria”.

Control de las dosis y el uso de concentrados. Este reto está muy relacionado con el control de los consumos. En este caso, según Mariam Burdeos, directora de Cleanity, “el uso de soluciones concentradas tiene muchas ventajas: optimización de costes de almacenamiento y transporte, garantía de dosificaciones exactas, son soluciones más fáciles de utilizar por parte de los operarios y más seguras, y, por supuesto, reducción del impacto ambiental”.

La transformación digital y la industria 4.0 son una realidad ya en muchos entornos productivos. Y también en el caso de la higiene industrial introduciendo, por ejemplo, sistemas que permitan segurizar los procesos, controlar los consumos, automatizar los pedidos, etc.

Eliminación de contaminantes. Evidentemente, es posible garantizar la seguridad alimentaria si no se eliminan los contaminantes que la amenazan. Por ejemplo, la formación de biofilms en instalaciones industriales es una de las preocupaciones actuales de mayor relevancia debido a la capacidad de ciertos microorganismos —entre los que se encuentran muchos patógenos alimentarios— a adherirse y establecerse en las superficies de equipos y conducciones. Según Mariam Burdeos, “cuando un biofilm se forma en las áreas donde se procesan y manipulan alimentos, es muy difícil erradicarlo, ya que en estos entornos húmedos y ricos en nutrientes se favorece la proliferación de los microorganismos del biofilm. La matriz del biofilm, además, impide la penetración de los biocidas disminuyendo su letalidad”.

Usar soluciones con menor impacto medioambiental. Representa un reto transversal a todos los demás y con un importante calado social en la actualidad. En este sentido, desde Cleanity se han impulsado soluciones para las industrias alimentarias que cuentan con una base enzimática que, en el caso de los biofilms, rompen esta matriz permitiendo erradicar los microorganismos.

Gestión y el control de residuos. La tendencia es formular los productos en formatos que permitan reducir al máximo el consumo de plástico. Además, también se debe dar una respuesta al post-limpieza mediante, por ejemplo, soluciones biodegradables que generen menos residuos tóxicos.

Diseño higiénico. Es fundamental hoy en día saber cómo adaptar los diseños higiénicos a las nuevas instalaciones y maquinarias que se incorporan a las industrias alimentarias. Este proceso pasa por la continua adaptación a las nuevas soluciones de limpieza, productos y métodos de los nuevos procesos productivos y a los objetivos relativos a la seguridad alimentaria que se van planteando.