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Eugenio DOP

13/09/15

Más población y menos recursos, retos de la agricultura de 2050

Así lo han explicado a Efeagro las dos jóvenes españolas que han participado en la segunda edición de dicha cumbre internacional que, celebrada en Canberra (Australia) entre los días 24 y 28 de agosto, se ha centrado en buscar soluciones a los principales problemas agronómicos del año 2050.

Las previsiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) apuntan a que el mundo contará con 9.000 millones de habitantes en 2050 -frente a los más de 7.000 actuales-, pero las tierras de cultivo y recursos disponibles serán más escasos que en ningún otro momento de la historia.

Con estos datos, son ya muchos los foros internacionales en los que se debaten los cambios que la agricultura del futuro deberá adoptar, necesariamente, para alimentar a un planeta hambriento.

Con este objetivo, la Youth Ag-Summit reunió en Canberra a 100 futuros líderes agrícolas, entre los que figuraban las españolas Laura Teresa Checa, de 22 años, y María Gloria Sáenz, de 23 años.

Tanto Checa, estudiante de Ingeniería y Ciencia Agronómica en la Universidad Politécnica de Madrid, como Sáenz, graduada en Ingeniería Agrícola por la Universidad de La Rioja, tuvieron que redactar un ensayo y competir con otros 2.000 aspirantes, de entre 18 y 25 años y procedentes de 33 países, para poder formar parte de la cumbre.

“En mi caso”, ha detallado Sáenz a Efeagro, “decidí centrarme en el suelo, muy afectado en España por la degradación, para abordarlo desde tres enfoques diferentes: la erosión, porque la mayor parte de nuestros suelos son pobres; la desertificación, porque un 37 % de la superficie de nuestro país está afectada por este fenómeno; y la urbanización, porque son suelos de cultivo que se pierden”.

Biomasa y microorganismos para el suelo

Como soluciones, propone “volver a una agricultura más sostenible, reciclar residuos de industrias cercanas para usarlos como biomasa en el campo, utilizar cubiertas vegetales y fortalecer la estructura del suelo con microorganismos, entre otras cosas”.

Por su parte, Checa prefirió dar forma a su ensayo abordando, en lugar de un solo tema, diferentes aspectos de la agronomía, como “el problema del relevo generacional entre agricultores o la desconexión del consumidor con el campo y con el trabajo realizado para producir alimentos, que impide que valore debidamente los productos”.

Una manera de resolver estos problemas pasaría, según Checa, por “apostar por la acuicultura y la mejora genética de especies vegetales, potenciar la educación en los colegios e impulsar la agricultura urbana dando un paso más allá, sustituyendo la vegetación ornamental de parques por frutales y hortalizas”.

La citada cumbre dio a los 100 jóvenes participantes la oportunidad de compartir ideas en sesiones de trabajo, asistir a ponencias inspiracionales de la mano de profesionales del sector y conocer de cerca diferentes prácticas agrícolas.

“Por la mañana asistíamos a charlas y por la tarde debatíamos en grupos sobre los 15 temas más abordados en nuestros ensayos, de los que finalmente elegimos los cinco que consideramos más importantes para tratar de conseguir el objetivo marcado”, ha señalado Checa.

Estos cinco temas, según Sáenz, fueron estructurados en “Educación y desarrollo de habilidades entre los agricultores, comunicación del valor de la agricultura entre la población, consumo responsable por parte de la sociedad, investigación y desarrollo, y búsqueda de líderes capaces de abanderar la agricultura del futuro”.

Las conclusiones alcanzadas en la cumbre quedarán reflejadas en la “Declaración de Canberra” y se presentarán al Comité de Seguridad Alimentaria de la ONU en Roma, entre el 12 y 15 de octubre.

Las dos jóvenes españolas coinciden en que esta experiencia, organizada conjuntamente por Bayer CropScience y Future Farmers Network (FFN), “ha sido increíble y tremendamente enriquecedora”.