Nueva fórmula para reconciliar agricultura y conservación de la biodiversidad

Apuestan por el barbecho para fomentar la la conservación de la biodiversidad en ambientes agrícolas

Fecha: 16-Apr-2020

Fuente: Agroclm

Científicos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegeticos (IREC) han revisado la pérdida histórica de barbechos y las oportunidades que ofrece la nueva Política Agraria Común (PAC) para incentivar el manejo extensivo del barbecho como medida para fomentar la conservación de la biodiversidad en ambientes agrícolas.

La intensificación agrícola es una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Si bien los impactos ambientales de las prácticas agrícolas intensivas acaban afectando negativamente a todos los taxones, las aves esteparias destacan como un grupo faunístico especialmente sensible.

Según los datos del Pan-European Common Bird Monitoring Scheme (PECBMS, el Programa Paneuropeo para el Seguimiento de Aves Comunes), las aves ligadas a medios agrícolas han sufrido una merma poblacional dramática, de hasta un 55% en promedio, a lo largo de los últimos 40 años.

Estas tendencias poblacionales negativas se asocian con la pérdida de heterogeneidad del paisaje agrícola, lo que está estrechamente vinculado con la desaparición progresiva de zonas ocupadas por formaciones vegetales seminaturales, entre las que destacan los barbechos.

Las aves esteparias dependen de los hábitats donde se desarrollan las actividades agrícolas, por lo que son especialmente sensibles a su degradación. La conservación de algunas de estas especies, como el sisón común (Tetrax tetrax), las gangas (la ibe?rica, Pterocles alchata; y la ortega, P. orientalis) y la avutarda (Otis tarda), se encuentra seriamente amenazada debido a la intensificación de los sistemas agrícolas.

Los barbechos son terrenos agrícolas que se dejan sin sembrar para permitir la recuperación de los nutrientes del suelo. En este tiempo, los barbechos son colonizados temporalmente por plantas arvenses. Estas comúnmente llamadas “malas hierbas” generan una estructura de hábitat que ofrece lugares de alimentación, reproducción y refugio adecuados para multitud de especies de fauna silvestre, incluidas las aves esteparias, constituyendo una especie de oasis para la fauna en un entorno dominado por campos agrícolas activos.

Diversos estudios científicos demuestran que el manejo extensivo tradicional de los barbechos es beneficioso para la presencia de las aves esteparias. Dicho manejo, basado en una baja frecuencia de laboreo y/o en su uso para el pastoreo extensivo del ganado, contribuye a aumentar su heterogeneidad como hábitat, convirtiendo los barbechos en hábitats clave para la conservación de estas especies en los medios agrícolas.

Sin embargo, la práctica agrícola de mantenimiento del barbecho no ha sido adecuadamente promovida o incentivada a través de las medidas vinculadas al “pago verde” de la Política Agraria Común (PAC) para el mantenimiento de la biodiversidad. Esto ha imposibilitado una recuperación efectiva de la superficie de barbecho, en desaparición paulatina desde hace varias décadas y, por tanto, la recuperación de las mermadas poblaciones de muchas especies de aves esteparias protegidas y amenazadas.

Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) ha revisado la pérdida histórica de los barbechos a través de las diferentes reformas de la PAC, así como las oportunidades que deberían incorporarse en la nueva PAC para el fomento de los barbechos tradicionales gestionados de forma extensiva como medida para beneficiar la conservación de la biodiversidad, especialmente la de las aves esteparias, en ambientes agrícolas.

En un sistema de cultivos rotacionales, los barbechos son terrenos agrícolas que se dejan sin sembrar durante uno o varios años con el objetivo de permitir que el suelo “descanse”. Al ser colonizados por la vegetación arvense, los barbechos son hábitats clave para la conservación de la biodiversidad en medios agrícolas, un hecho que desafía la visión actualmente popular en el ámbito agrícola de que “no hay nada menos productivo que un barbecho”.

La revisión refleja claramente que las sucesivas reformas de la PAC a lo largo de su historia han influido notoriamente sobre la superficie de terreno agrícola que los agricultores han destinado al barbecho, especialmente a partir de 2008, cuando se eliminó la obligatoriedad de mantener una fracción de la tierra arable en barbecho. A nivel comunitario, esto supuso una reducción del barbecho superior al 30% entre 2010 y 2017.

También muestra que tras su reforma de 2014 (la vigente hasta la actualidad), en la que la PAC impulsó la obligatoriedad de mantener un 5% de la superficie agrícola como “Superficie de Interés Ecológico (SIE)” –esto es, zonas que deben ser gestionadas por los agricultores para salvaguardar y promover la biodiversidad–, los agricultores han preferido optar por tipos de SIE más productivos para ellos pero menos ventajosos para la conservación de la biodiversidad, como los cultivos fijadores de nitrógeno y los cultivos intermedios. Esto indica que las medidas de esta última reforma de la PAC para fomentar la biodiversidad han resultado ser insuficientes para incentivar que los agricultores se decanten por las SIE más interesantes para la conservación de la biodiversidad, como el barbecho.

La incorporación del manejo extensivo del barbecho a la nueva PAC podría ser una medida bien recibida por los agricultores que contribuiría a promover la conservación de la biodiversidad en ambientes agrícolas.

La nueva PAC, que actualmente está siendo debatida entre la Unión Europea y los Estados Miembros para su implantación después del 2020, debería apostar con mayor firmeza por promover las medidas más eficaces para la protección de la biodiversidad, pero teniendo en cuenta los intereses de los agricultores. En este sentido, los autores de esta revisión científica proponen que se incentiven los barbechos y que se promueva su gestión extensiva a través de pagos a los agricultores financiados con los nuevos “eco-esquemas”, una nueva herramienta que premia a los agricultores que voluntariamente adoptan prácticas adicionales beneficiosas para el medio ambiente y la biodiversidad. Una gestión extensiva del barbecho consistente en la aplicación del laboreo o el picado una o dos veces previamente a la época reproductora de las aves, generaría una estructura de la vegetación adecuada para las aves esteparias a la vez que permitiría a los agricultores controlar el crecimiento desmesurado de plantas arvenses.

Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial y del consumo de alimentos, para 2050 el mundo necesitará un 60% más de productos agrícolas de los disponibles hoy en día. Sin embargo, la tierra cultivable es limitada, por lo que la mayor parte de esta producción adicional deberá proceder de sistemas agrícolas intensivos. Pero esta intensificación agrícola debe abordarse a nivel de paisaje y con un enfoque ecosistémico mediante el desarrollo e implantación de políticas agrarias que garanticen su sostenibilidad. En este sentido, la gestión extensiva de los barbechos podría introducir un cambio de paradigma en la percepción que los agricultores tienen de los barbechos como una fase improductiva dentro del ciclo agrícola, de modo que podría contribuir a reconciliar la agricultura y la conservación de la biodiversidad.