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Irene Campos

14/04/13

Nuevas investigaciones arrojan más luz sobre los virus transmitidos por vectores

Michelle Cilla y Stewart Grey trabajan en el Centro Robert W. Holley de Agricultura y Salud mantenido por el ARS en Ithaca. Ellos colaboraron con James Bruce y Juan Chavez de la Universidad de Washington en mapear la estructura de una proteína huidiza que les provee a ciertos virus de plantas la capacidad de moverse de plantas a insectos, por los insectos y luego vuelven a las plantas.

ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en ingles), y esta investigación apoya la prioridad del USDA de promover la seguridad alimentaria internacional.

Para moverse de planta a planta, algunos virus, tales como el virus del enrollamiento de las hojas de la papa, necesitan quedarse en los tejidos del floema para que ellos puedan ser ingeridos por un pulgón cuando el insecto se alimenta. Cuando el virus está dentro del pulgón, el virus tiene que pasar por los intestinos y los tejidos de las glándulas salivales del insecto antes de inyección en otra planta por el pulgón.

Para completar este viaje, los virus tienen que asemblarse en paquetes más grandes llamados viriones. Cada especie de virus es muy particular y puede ser transmitida solamente por pocas especies de pulgones. Los investigadores creen que la forma exterior o la topología del virion tiene un papel imprescindible en esta especificidad y determina si un virus puede moverse por el pulgón y luego puede infectar una planta.

Una proteína estructural menor de los virus que se extiende del armazón del virion tiene un papel decisivo en guiar el virion en su viaje por el insecto y por la planta. Pero hasta ahora, no había ninguna información sobre estas proteínas estructurales, y tal información es crítica en el desarrollo de nuevas maneras de trastornar la actividad de las proteínas.

En pruebas con el virus del enrollamiento de las hojas de la papa, los investigadores usaron la tecnología de la interacción de las proteínas reporteras (PIR por sus siglas en inglés), la cual es una herramienta desarrollada en el laboratorio de Bruce para estudiar las interacciones entre proteínas. Los investigadores en ese laboratorio desarrollaron un juego único de compuestos químicos que pueden reaccionar con las proteínas estructurales y les permite a los investigadores a capturar una "imagen instantánea" de ellas.

En combinación con la espectrometría de masa de alta resolución, el diseño molecular avanzado de los compuestos químicos también les permite a los investigadores a visualizar por primera vez algunos aspectos críticos tipográficos del virion. Los resultados, los cuales fueron publicados en un artículo en 'Journal of Proteome Research' (Revista de Investigación del Proteome), representan una nueva tecnología que puede tomar medidas de las interacciones entre las proteínas de insectos, plantas y virus en las células vivas.

Hasta la fecha, los investigadores se concentraron en los luteovirus transmitidos por los pulgones. Pero algún día la tecnología podría ser usada para estudiar otros virus de plantas transmitidos por insectos y los virus que infectan a los animales y que actualmente están difíciles de estudiar con los métodos tradicionales.