Alrededor de 100 participantes de organizaciones de productores de bosques y granjas y grupos de pueblos indígenas se han reunido para identificar formas de mejorar sus capacidades, en una sesión organizada por el Foro Rural Mundial, el Mecanismo de Bosques y Fincas y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), durante la VI Conferencia Mundial sobre Agricultura Familiar que se está celebrando en Bilbao, España.

Representantes de diversas organizaciones de productores de los cinco continentes han definido un conjunto de medidas destinadas a ayudar a liberar el potencial de los productores forestales y agrícolas de pequeña escala como parte del Decenio de la Agricultura Familiar de la ONU.

“Estar cara a cara con los agricultores familiares de todo el mundo para discutir el borrador del plan de acción mundial del Decenio, nos brinda la información necesaria para avanzar en la dirección correcta y así tener una década que, situando a los agricultores familiares en el centro, pueda dar respuesta a sus necesidades reales en materia de salud y sistemas alimentarios sostenibles”, dijo Guilherme Brady, de la División de Asociaciones de la FAO.

"Esta conferencia de Bilbao supone un momento clave para preparar el lanzamiento del Decenio de la Agricultura Familiar de las Naciones Unidas que tendrá lugar del 27 al 29 de mayo, en Roma, después de un proceso inclusivo de consulta", agregó Brady.

El Decenio fue adoptado por la Asamblea General de la ONU y se lanzará oficialmente en mayo en Roma. Su objetivo es apoyar a los agricultores familiares desde una perspectiva holística, para potenciar su capacidad transformadora con vistas a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La conferencia de Bilbao es un hito crucial en el proceso para construir una agenda sólida, participativa y que incluya a todas las partes interesadas, para la conmemoración del Decenio de la Agricultura Familiar 2019-2028.

Desde Bolivia hasta Gambia, los agricultores familiares están difundiendo sus conocimientos para cultivar paisajes resistentes al clima, salvaguardar la biodiversidad agrícola, promover dietas diversas y nutritivas, y apoyar la mitigación del cambio climático y los sistemas alimentarios que salvaguardan el medio ambiente y la cultura.

La importancia de la agricultura familiar

Alrededor del 40 por ciento de población rural mundial que vive en pobreza extrema son agricultores familiares que viven en áreas de bosques y sabanas. Los pequeños productores de bosques y granjas cultivan, gestionan, cosechan y procesan de manera sostenible una amplia gama de bienes y servicios basados en recursos naturales para su uso de subsistencia y para mercados locales, nacionales e internacionales.

Desempeñan un papel clave en la reducción de la pobreza, la lucha contra el cambio climático y el logro de los ODS y, sin embargo, se benefician de una proporción relativamente baja de inversiones, fondos y programas de desarrollo.

"Promover la igualdad de género y la inclusión de los jóvenes es esencial para la seguridad alimentaria y nutricional y debe ocupar un lugar destacado en la agenda de la Década de las Naciones Unidas", dijo el gerente del Mecanismo de Bosques y Fincas, Jeffrey Campbell. "También será crucial trabajar en marcos legislativos e institucionales para asegurarnos de que aceleramos el paso para cumplir los ODS".

Nuevo informe sobre medición de resultados

Los sistemas de medición de la enorme contribución que realizan los negocios de organizaciones de productores forestales y agrícolas al desarrollo sostenible no son adecuados. Así lo indica un nuevo documento de trabajo publicado por el Mecanismo de Bosques y Fincas bajo el título “Desarrollo medido”. El informe explora opciones para distinguir y medir los impactos de los modelos de negocio de los productores forestales y agrícolas.

La liberación del potencial de las organizaciones de pequeños productores forestales y agrícolas mediante el fortalecimiento de sus capacidades técnicas, ayudará a construir un futuro mejor en las zonas rurales y en los centros urbanos, según lo acordado en la Conferencia de Bilbao.