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RAIF: Se detectan podredumbres del racimo en vid

Se observa incidencia de racimos afectados por podredumbre gris (Botrytis cinerea), podredumbre ácida, (producidas por bacterias tipo Acetobacter y Gluconobacter, y por levaduras tipo Cándida y Kloeckera) y/o podredumbre secundaria, (Aspergillus niger, Cladosporium herbarum, Alternaria sp, Rhizopus nigricans) en parcelas de Cádiz, Huelva y Málaga, con unas medias provinciales de racimos afectados muy bajas, inferiores al 1% de racimos afectados; destaca la zona biológica de Las Arenas (Córdoba), que ha llegado a registrar un 4% de racimos afectados. Las actuales condiciones meteorológicas pueden favorecer el desarrollo de este hongo.

Los Síntomas de podredumbre gris (Botrytis cinerea) durante el periodo envero-recolección, se manifiestan al desarrollarse una pudrición blanda y acuosa en las bayas. Inicialmente se observa una coloración café y piel suelta. Se detecta un moho gris café que cubre la superficie de las bayas y puede penetrarlas internamente. El micelio tiene la capacidad de penetrar otras bayas de manera activa, formando “nidos de Botrytis” que pueden comprometer todo el racimo. Predisponen a la infección los ambientes excesivamente sombríos, viñedos sobrecargados o racimos muy compactos.

En cuanto a los síntomas de podredumbre ácida, (olor a vinagre), se manifiestan, cuando se observa una oxidación del hollejo de la uva, seguido de un ablandamiento y maceración de la baya, provocando una pérdida del mosto y un fuerte olor a ácido acético. También suele aumentar la incidencia de esta enfermedad en racimos compactos y de gran tamaño.
En el caso de los síntomas de podredumbre secundaria, (Aspergillus niger, Cladosporium herbarum, Alternaria sp, Rhizopus nigricans, Penicillium sp). En general, todos los hongos causantes de podredumbres secundarias producen descomposiciones de la pulpa de las bayas. Resulta necesario observar con detenimiento las bayas podridas para apreciar los detalles que externamente diferencian a una podredumbre de otra:

  • Aspergillus, muestra bayas que se cubren de un micelio blanco que termina por ennegrecerse, formado por las fructificaciones del hongo, perdiendo su consistencia y desprendiéndose fácilmente del pedúnculo.
  • Alternaria, presenta fructificaciones en la superficie cuya coloración inicial suele ser verde oscuro, evolucionando a negro cuando la colonia es vieja. Las bayas pierden su consistencia lentamente, no desprendiéndose del pedúnculo generalmente.
  • Rizophus, se extiende por toda la baya con un amplio desarrollo de micelio blanquecino acabado en bolitas blancas que evolucionan a negro. Las bayas quedan momificadas en el racimo sin caer.
  • Cladosporium, presenta colonias aterciopeladas de color gris verdoso oscuro. Las bayas atacadas endurecen la piel y quedan consumidas.
  • Penicillium, muestra bayas con una tinción marrón clara al principio, apareciendo después pústulas de color blanco que evolucionan a un verde azulado. La baya pierde consistencia y se rompe con facilidad.

Recordar que la rotura de bayas por oídio o polilla de racimo favorece la penetración de estos tres tipos de enfermedades y el deshojado es una buena medida cultural, ya que airea los racimos y por lo tanto puede disminuir el desarrollo de estos agentes.

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