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RAIF: Tomate de industria

Comenzaron a plantarse las primeras parcelas de tomate de industria a principios de marzo, y las últimas a principios de mayo. A lo largo de esos dos meses se ha ido realizando esta operación en las distintas zonas de la provincia, y en estos momentos nos encontramos con las plantaciones más tempranas, que tienen unos 3 meses, y las más tardías de 2 meses. Este cultivo presenta un ciclo de unos 4 meses. En cuanto a la fenología, tenemos ya en las parcelas más adelantadas presencia de los primeros frutos en maduración. 

Hay que destacar como la meteorología está determinando el desarrollo del cultivo, y es que desde mediados de marzo hasta mediados de mayo las lluvias han sido abundantes, con un acumulado que ha oscilado entre los 200 mm de la Rinconada y los 265 mm de Lebrija, siendo la media de las diferentes zonas de producción de unos 230 mm. Las lluvias se han ido registrando de forma intermitente, y con temperaturas templadas. Esto ha originado la proliferación de enfermedades fúngicas, que con cada episodio de lluvias, o rociadas abundantes tras las mimas, han encontrado unas condiciones ambientales muy favorables para su desarrollo.

Mildiu (Phytophthora infestans) y Bacteriosis son las principales enfermedades, que han afectado al tomate en mayor medida. Su incidencia es elevada, superior a las campañas anteriores, y está campaña está siendo difícil su control, condicionando esto la producción final. Las parcelas más tempranas, plantadas en marzo, han acusado más estas enfermedades, pues han estado más tiempo expuestas a estas infecciones. Se ha realizado una media de 3 a 4 aplicaciones para su control. Aunque ya en estas fechas suelen subir las temperaturas y las aplicaciones para Mildiu son más escasas, se recomienda estar atentos, a la meteorología y la evolución de la enfermedad.  

Por otro lado, ya están haciendo su aparición otros agentes, que se desarrollan principalmente, y adquieren mayor relevancia, a partir de estas fechas, cuando las temperaturas van aumentando, hacia el final de la primavera y principios del verano, como son:

La Oidiopsis (Leveillula taurica). Esta enfermedad, a diferencia de las anteriores, tolera mejor las altas temperaturas y aunque precisa condiciones de humedad, no es tan exigente como el mildiu. Se desarrolla en estados más avanzados del cultivo, hacia la fase de maduración durante el verano. Comienza a colonizar la planta por las hojas inferiores, progresando hacia arriba en función de las temperaturas y la humedad, condicionada en gran medida por rociadas, riegos, etc. Comienzan a verse síntomas.

Plagas como Heliotis (Helicoverpa armigera) y Tuta (Tuta absoluta), hasta el momento no han presentado índices elevados, y es ahora cuando está empezando a aumentar su actividad, tanto de adultos como de huevos y larvas pequeñas. Ya se ha realizado algún tratamiento para su control. En cuanto a los ácaros: Eriófidos (Aculops lycopersici) y Araña roja (Tetranychus urticae), también se están haciendo presentes. Es importante seguir de cerca la evolución de estas plagas, pues a partir de estas fechas es cuando su incidencia puede ser más elevada, y requieren más atención.

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