Ayer la empresa anunció las cifras preliminares del ejercicio económico 2018/19 (del 1 de marzo de 2018 al 28 de febrero de 2019). Sus ingresos alcanzaron aproximadamente 6.750 M€ (año anterior: 6.980 M€). El beneficio antes de impuestos esperado es de 350 M€, menos de la mitad que el ejercicio anterior, cuando se llegó 758 M€. La reducción de las ganancias está causada especialmente por el segmento de azúcar, según señala la empresa. 

Para el ejercicio 2019/20, el grupo espera unos ingresos de 6.700 a 7.000 M€. En el segmento del azúcar se prevén unas pérdidas de entre 200 a 300 M€, si bien el grupo podría alcanzar unos beneficios antes de impuestos de 360 a 460 M€. El plan de reestructuración planea cerrar cinco fábricas de azúcar: dos cierres de fábricas en Alemania (Brottewitz y Warburg), dos cierres en la filial francesa Saint Louis Sucre (Cagny y Eppeville) y un cierre en la filial polaca Südzucker Polska (Strzyżów). Supondría una reducción media total de 700.000 t de azúcar al año. Las fábricas de Alemania y Francia se cerrarían después de la campaña 2019, es decir, que seguirían molturando la remolacha que se está sembrando ahora, y cerrarían en la siguiente.

Por el contrario, la fábrica polaca cerraría antes, aunque no han precisado cuando. Además, está previsto reducir aún más los costos de administración en Bélgica, Alemania, Francia y Polonia. Los gastos de reestructuración podrían ascender en total en los años siguientes entre 180 y 220 M€.

El impacto de los ahorros en los costes totales podría ascender en los años siguientes hasta aproximadamente 100 millones de euros por año, dependiendo del precio del mercado mundial del azúcar. Los gastos de reestructuración podrían ascender en total en los años siguientes entre 180 y 220 millones de euros, de los cuales aproximadamente el 70 por ciento están relacionados con el flujo de efectivo.