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Marta García

23/10/13

Vigilar la pérdida y el desperdicio de alimentos es esencial para combatir el hambre

Hacer el seguimiento de la magnitud y naturaleza de la pérdida y el desperdicio de alimentos es esencial para reducir el problema y acelerar los esfuerzos para eliminar el hambre en el mundo, según afirmó el Director General de FAO, José Graziano da Silva, a los participantes en el Green Global Growth Forum (3GF) (Foro Global de Crecimiento Verde) en Copenhague.

“La FAO calcula que cada año, un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se pierden o desperdician alrededor de 1 300 millones de toneladas. Esto significa un coste de unos 750 000 millones de dólares anuales. Si reducimos las pérdidas y el desperdicio de alimentos a cero, podríamos alimentar a 2 000 millones de personas más", explicó Graziano da Silva.

El Director General se reunió con los responsables de los organismos socios de la FAO en un foro (del 21 al 22 octubre) para debatir planes para un nuevo estándar mundial de medición del despilfarro de alimentos lanzado en Copenhague por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI).

"Una de mis prioridades en la FAO es abrir las puertas a aliados potenciales. La lucha contra la pérdida y el desperdicio de alimentos es claramente un área en la que es necesario asociarse. El desarrollo de un protocolo global puede ayudar a proporcionar mediciones e indicadores claros sobre los que orientar sobre la forma de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos", dijo Graziano da Silva.

La mayoría de las pérdidas de alimentos se produce en las fases de post-producción, recolección, transporte y almacenamiento, y están relacionadas principalmente con la infraestructura inadecuada en los países en desarrollo, mientras que el desperdicio de alimentos es sobre todo un problema en las fases de comercialización y consumo en los países más desarrollados.

"Reducir a cero la pérdida y el desperdicio de alimentos es uno de los elementos del Desafío Hambre Cero, lanzado por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, en la Conferencia de Río+20 el año pasado. Por todo ello, la FAO tiene un gran interés en lograr la rápida reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos", dijo Graziano da Silva, "específicamente en relación con la mejora de la eficiencia y la integración de nuestros sistemas alimentarios".

"Ya sabemos mucho –añadió- sobre cómo reducir las pérdidas de alimentos. Pero tenemos que invertir más en diversas áreas, especialmente en infraestructura, como carreteras y cadenas de frío, y también en mejorar la información sobre los mercados. Además tenemos que cerrar la brecha entre el conocimiento que tenemos y lo que los agricultores y otros actores de la cadena alimentaria están haciendo en realidad. Cuando lo hacemos, obtenemos buenos resultaSobre el desperdicio de alimentos que se produce a nivel del consumidor, Graziano da Silva pidió más "ideas innovadoras" para evitar que los minoristas y las familias individuales tiren alimentos.

“Los residuos per cápita del consumidor son de unos 100 kilogramos en Europa y Norteamérica al año. En África, son de menos de 10 kilogramos por persona al año", explicó, añadiendo que: "podemos hacer mucho desde lo local hasta lo global, desde los productores a los consumidores, desde las elecciones personales a las decisiones políticas que creen un entorno propicio para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos".

"Y con respecto a los residuos de alimentos, también es importante tener en cuenta que las diferentes culturas tienen diferentes tradiciones culinarias", subrayó.

Graziano da Silva instó a los participantes a mantener su compromiso de trabajar con los productores, consumidores, minoristas, gobiernos y organizaciones internacionales para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, teniendo en cuenta las diferencias culturales que pueden influir en las opciones del consumidor

Actuar

La FAO trabaja en diversas iniciativas para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en el proceso agrícola y a o largo de todo el sistema alimentario, desde la granja hasta la mesa.

En este sentido puso en marcha la iniciativa SAVE FOOD junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Messe Dusseldorf (organizadora alemana de ferias comerciales), para reducir el despilfarro de alimentos a lo largo de toda la cadena de producción y consumo. SAVE FOOD (“Ahorrar alimentos”) incluye ahora más de 150 organizaciones públicas y agentes del sector privado y en la actualidad realiza estudios de caso sobre pérdidas de alimentos en cadenas específicas que nos ayudarán a orientarnos sobre las estrategias para mejorar los sectores afectados.

La FAO colabora también con el PNUMA, WRAP (siglas en inglés de Waste and Resources Action Programme, Programa de acción para el desperdicio y los recursos) y otros socios, en la campaña “Piensa.Alimentaté.Ahorra”: reduce tu huella alimentaria", destinada a cambiar las prácticas despilfarro, en especial a nivel del minorista y del consumidor en el extremo de la cadena de suministro alimentario.

La FAO también está comenzando a trabajar en un índice de pérdida de alimentos, y a través de su Estrategia mundial para mejorar las estadísticas agrícolas y rurales, la organización desarrolla metodologías de evaluación para obtener datos sobre las pérdidas post-cosecha que se incluyen en las estadísticas nacionales.

Durante su estancia en Copenhague, el Director General de la FAO se reunió también con diversos miembros del Gobierno de Dinamarca, entre ellos el Ministro de Desarrollo, Christian Friis Bach; la Ministra de Alimentación, Agricultura y Pesca, Karen Angelo Hækkerup y la de Medio Ambiente, Ida Margrete Meier Auken.