Efectivamente. De hecho, nosotros rechazamos de lleno esta tarifa plana para el consumo de luz por ir completamente en contra del ahorro y por suponer además una auténtica trampa encubierta para los usuarios. Y es que al estimular la idea de que siempre se abonará el mismo importe con independencia del consumo, se fomenta el derroche de energía. Por otra parte, se penalizaría a los sectores productivos que usen la energía de manera estacional respecto a los de uso continuo, lo que haría inviable del todo el regadío.
Sin duda, la demanda de alimentos existente en el mundo va a estar basada fundamentalmente en el desarrollo del regadío y la biotecnología. Los organismos internacionales como la FAO continuamente están insistiendo en que antes del año 2030 tiene que aumentar la productividad a nivel mundial más de un 40% y antes del año 2050, más de un 70%. Y esto sólo se puede conseguir mediante la agricultura de regadío y la biotecnología. Tenemos que ser conscientes de que cada año se dispone de menos agua y menos tierra per capita en el mundo y que una hectarea de regadío produce como cinco veces y media de secano en nuestro país. Por lo tanto, el regadío altamente tecnificado y la existencia de cultivos en el futuro con menos necesidades de agua, tolerantes a las plagas, y menos costes de producción permitirán un modelo de agricultura sostenible, de modo que el agricultor pueda vivir con su familia de esta actividad y además utilizar unos medios de producción compatibles con el medio ambiente, capaces de responder a la creciente demanda de alimentos.