Esther Herranz García · May 21, 2014 - 10:39

El Reglamento de Promoción ha tenido una muy buena acogida por parte del sector, han sido muchas las cartas recibidas de felicitación, de agradecimiento o de reconocimiento del trabajo realizado. Lo primero en el tiempo porque ha sido muy rápido. La negociación ha sido francamente veloz. En el Parlamento ha pasado de una forma bastante rápida. A la vez se estaba trabajando en el Comité de las Regiones, en el Comité Económico y Social. En el comité de las Regiones, además, con el apoyo del Presidente Pedro Sanz que era también el ponente. Y entre todo hemos hecho un trabajo muy rápido porque teníamos muy claras las prioridades y los objetivos. Además la negociación en trílogo con el Consejo y la Comisión también ha funcionado bien porque se ha podido resolver en tiempo y forma para llegar a aprobarlo en el último plenario de Estrasburgo.

Afortunadamente, como digo, contamos en ese reglamento de 60 a 200 millones de euros al año. Creo que tiene bien orientadas sus prioridades hacia la consolidación del mercado interno y buscar nuevos nichos de mercado en países terceros. La imagen, digamos, de producto agroalimentario europeo se va a ver reforzada. Pero también quiero decir que este reglamento sin otro reglamento que se aprobó anteriormente como fue el reglamento de calidad, quedaría muy cojo. Y de la misma forma, el reglamento de calidad hubiera quedado muy cojo si no hubiera estado este otro documento aprobado. Creo que la puesta en valor de las denominaciones de origen, las indicaciones geográficas y las especialidades tradicionales, por ejemplo, es una cosa muy a tener en cuenta. También, por ejemplo, la promoción de los mercados locales o, incluso, a la hora de la presentación de nuestros productos o de la investigación, desarrollo e innovación, creo que se ha hecho un trabajo que era necesario.

A mí, lo que me da la sensación, es que la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo por fin ha puesto la proa hacia avanzar a solucionar los problemas del sector y tener una visión, digamos, de futuro y de ir reorientando nuestro trabajo hacia mejorar las condiciones del sector agroalimentario para el futuro. Esto se hace, desde luego, desde la propia producción local, desde la propia producción agrícola y ganadera, la transformación de la industria agroalimentaria y la puesta en escena en el mercado internacional con esa imagen europea de unidad. Hay cosas muy originales como, por ejemplo, lo que decíamos: que el vino, por primera vez, está incluido y puede hacer campañas de información y promoción dentro de la UE. Pero también hay cosas que hemos tenido que incluir y que ya son unas "viejas", si se me permite la expresión, conocidas del Parlamento Europeo como son las gestiones de crisis. Yo creo que el episodio del e-coli fue tan malo y tan duro que nos ha tenido que servir para no cometer el mismo error otra vez.