Creemos que es debido a que el programa se ha hecho para toda la UE y no contempla las distintas realidades entre diversas formas de hacer apicultura. Poco tiene que ver la apicultura que se realiza en Finlandia con la desarrollada en Grecia por ejemplo. Y de ahí esa disparidad de datos.
Está claro que la estructura apícola en España es distinta a la del Norte de Europa. ¿Se podría decir que los problemas que afectan a nuestras colmenas son también diferentes?
Es verdad que por estructura nuestra apicultura es diferente a la del norte de Europa, y también por la climatología, el tipo de abeja y las características peculiares de cada territorio. Pero no son diferentes los problemas: tenemos los mismos que los compañeros del norte de Europa, aunque nos afecten de forma diferente.
Es cierto, varroa, nosema (“apis” y “cerana”), avispa asiática, loque (europea y americana), falta de polen de calidad por la pérdida de biodiversidad, insecticidas de nueva generación y virus. Todos ellos forman un coctel mortal para nuestras abejas.