Nosotros los apicultores somos los primeros que pedimos herramientas fiables para que los compañeros agricultores no tengan problemas con las plagas en sus cultivos. Por eso, no comprendemos la retirada masiva de fitosanitarios del reglamento 21/10/2009 en el cual la Comisión y el Parlamento no tuvieron valor suficiente y dejaron que las multinacionales retiraran productos eficaces para las plagas por puro interés económico (por tener las patentes libres y ser baratos), a la vez que registraban 82 nuevas sustancias, muchas de las cuales no está totalmente demostrado que sean seguras para el medio ambiente. Por eso, no entendemos que se culpabilice a los agricultores del uso de estas sustancias cuando el riesgo no está en la forma de uso y manejo sino que la peligrosidad está en la sustancia misma.