Pues, probablemente, porque se ve más cerca su finalización, forzada por motivaciones nuevamente políticas –elecciones en USA, por ejemplo- y se ponen encima de la mesa numerosos aspectos que no están siendo contemplados y que son de enorme transcendencia para el sector ganadero en particular y para la sociedad en general; no tenemos que recordar las declaraciones de nuestros políticos acerca de la importancia del sector primario.
No me gustaría despedirme sin contestar a algunos Secretarios de Estado que nos tachan de proteccionistas por denunciar las incongruencias de un acuerdo totalmente desequilibrado para la ganadería europea: si vendiendo, como hacemos, productos a medio mundo se nos tacha de proteccionistas por pedir las mismas reglas del juego, pues si, lo seremos. Es, en nuestra opinión, una enorme injusticia, aparte de una falsedad evidente.