Rafael Del Rey · Sep 22, 2015 - 15:10
Los acuerdos son siempre buenos, sobre todo cuando se hacen para el cumplimiento de las normas, ya sean las de las DDOO, las de la Ley de la Cadena u otras. Pero hay dos limites que deben tenerse en cuenta: las normas sobre competencia, que buscan proteger a los consumidores, y las propias condiciones económicas de los mercados. Lo que no es fácil, por mucho que se venga buscando desde hace años, es que un acuerdo garantice un precio mínimo e igual para todos. Los precios, según Competencia, dependerán de las relaciones entre proveedor y cliente; y, en el vino como en los demás productos será mejor cuando los productos se vendan bien porque consiguen buena penetración en los mercados. Nadie nos va a garantizar un precio por nuestro trabajo o nuestros productos, por muy bien que lo hagamos. Nos guste o no, tenemos que vender.