El cambio climático está favoreciendo los cultivos en el norte de Europa frente al sur

El cambio climático está cambiando el patrón establecido de cultivos en Europa, favoreciendo a los países del norte sobre los del sur. En las regiones del norte están comenzando a aparecer cultivos como los albaricoques y las nectarinas hasta ahora típicas del sur, mientras que en las regiones mediterráneas el clima tropical está golpeando los viñedos y los olivares.

Fecha: 28-Sep-2020

Así recoge la publicación especializada Olive Oil Times un informe emitido por la emisora alemana Deutsche Welle (DW) que asegura que el clima más cálido se está abriendo paso hacia el norte, disminuyendo los períodos de heladas y aumentando las temporadas de crecimiento, mientras que en el sur se están formando unas condiciones climáticas que se asemejan a los climas tropicales, trayendo más problemas al sector agrícola.

El cambio climático y sus consecuencias

Los países del Norte han comenzado a capitalizar la tendencia cultivando cosechas típicas del Sur. De hecho, ya han aparecido huertos de albaricoques y nectarinas en el estado de Baja Sajonia, en el norte de Alemania, y el tamaño los viñedos se incrementa continuamente en países como Dinamarca y Suecia. Y en el Reino Unido, la industria vinícola nacional ha cuadruplicado su producción en los últimos veinte años aprovechando un clima más suave, aunque con el precio de enfrentarse más a menudo a fenómenos meteorológicos extremos.

«Los eventos climáticos impredecibles, las sequías y las intensas tormentas de verano son un verdadero problema y parecen haber aumentado en frecuencia. Este año ya hemos tenido el mayo más soleado del que se tiene constancia y no ha llovido en dos meses, por lo que el clima impredecible continúa», comenta en este sentido Jon Fletcher, un productor de vino con sede en el Reino Unido.

Por otra parte, los cultivos tradicionales del sur han comenzado a sufrir pérdidas importantes bajo el clima cada vez más tropical de los países del sur de Europa. «El cambio climático supone un riesgo para la sostenibilidad de la gestión de los viñedos a escala mundial y, en particular, en Europa. El intenso calor y las sequías supondrán una grave amenaza para la industria vitivinícola europea en los próximos años», explica Josep María Solé, de VISCA (Vineyards´ Integrated Smart Climate Application), un proyecto que financia la Unión Europea para ayudar a los productores de vino en Europa a adaptarse a los nuevos retos.