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Marta García

08/09/13

El tomate con control biológico aumenta en Almería un 20 por ciento

El cultivo de tomate con control biológico en Almería aumentará esta campaña un 20 por ciento, superando las 8.800 hectáreas, creciendo prácticamente un 7 por ciento más las plantaciones de frutas y hortalizas de invernadero (unas 26.700 hectáreas) que se cultivarán este año con métodos de control biológico, según las primeras estimaciones realizadas por la Delegación Territorial de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a partir de los datos facilitados por el sector.

En buena medida, este incremento del 7 por ciento de la superficie cultivada con estos métodos se debe al tomate y, en menor medida, al pimiento, ya que la superficie del resto de cultivos se mantendrá estable.

La horticultura almeriense, según estas previsiones, aplica el control biológico en un 93 por ciento de la superficie de invernadero. Eso sí, se considera que en buena parte de las explotaciones bajo plástico, en un mismo invernadero se cultiva la doble alternativa de producto (por ejemplo, pimiento-melón, tomate-sandía), se puede decir que la provincia cultiva ya con control biológico un 65 por ciento del total de las frutas y hortalizas cultivadas bajo plástico.

Revolución biológica

En la campaña 2013-2014, el tomate continuará con la “revolución biológica” emprendida hace unos años, y superará las 8.800 hectáreas tratadas con estos métodos de cultivo, lo que supondrá un incremento del 20 por ciento en comparación con la pasada campaña. De esta manera, según resalta del delegado territorial de la Consejería en Almería, José Manuel Ortiz, el 85 por ciento de las plantaciones de tomate ya se cultivarán con control biológico de plagas, porcentaje que incluso podría ser mayor, ya que todavía no se han realizado todas las plantaciones de tomate.

Por su parte, el pimiento, podría crecer entre un 2 y un 3 por ciento (unas 250 hectáreas más), con lo que alcanzará las 8.100 hectáreas, es decir, el 95 por ciento de la superficie dedicada a esta hortaliza en la provincia.

En cuanto al resto de cultivos, con datos todavía provisionales, se prevé que, con pequeñas oscilaciones, se mantenga la misma superficie de cultivo con control biológico que en la campaña pasada: en berenjena, 1.200 hectáreas; en calabacín, unas 970; en judía, 140; en pe-pino, casi 2.800; en melón casi 2.700; y en sandía, más de 2.000 hectáreas.

Menos gastos y más seguridad

Esta generalización del control biológico para luchar contra las plagas y enfermedades de las plantas, según destaca José Manuel Ortiz, “supondrá una considerable reducción de los tratamientos con productos fitosanitarios, y por tanto, un ahorro para el agricultor en los gastos de campaña y, sobre todo, atenderá a los gustos de unos consumidores cada vez más exigentes con la calidad y la seguridad de los alimentos”. A modo de ejemplo del ahorro que puede conseguirse en el gasto en fitosanitarios, el delegado territorial de la Consejería recuerda que, según un estudio del Instituto de Formación e Investigación de la Consejería, el Ifapa, en la campaña 2011-2012, las 3.150 hectáreas de tomate en control biológico que había entonces, supusieron un ahorro de 55 por ciento en productos fitosanitarios.

Para extender los métodos de control biológico a la mayor parte de la superficie de cultivos intensivos, los agricultores almerienses y la Junta de Andalucía vienen realizando un importante esfuerzo en los últimos años, con una inversión conjunta de más de 120 millones de euros desde el año 2007, inversión de la que en torno a unos 45 millones han sido aportados por la Consejería y la Administración central.