Vivimos en un mundo donde la información abunda, hay mensajes contradictorios, en el que cada persona se ha convertido en una fuente de información, y cada vez es más difícil saber cuándo una información es verdadera o falsa.
La tecnología hace posible la inmediatez de los contenidos que se transmiten, lo que nos permite saber al instante lo que sucede en el mundo, pero esa información puede ser tergiversada y manipulada.
Vivimos en un mundo donde la información abunda, hay mensajes contradictorios, en el que cada persona se ha convertido en una fuente de información, y cada vez es más difícil saber cuándo una información es verdadera o falsa.