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La localización de estas explotaciones se encuentra notablemente ligada a la disponibilidad de pastos naturales, más que cualquier otro tipo de ganadería de extensiva (Manrique y cols., 2002), y se concentran por ello en áreas fundamentalmente de montaña. Dado que estas zonas se encuentran climática, orográfica y socialmente más desfavorecidas, el incremento de la competitividad de las explotaciones ganaderas localizadas en las mismas ha de basarse tanto en una producción de calidad, que garantice la salubridad del producto y el respeto del bienestar animal y del medio ambiente durante el proceso de cría, como en una reducción de los costes de producción. Para ello pueden plantearse diferentes alternativas, o combinaciones de posibilidades, cuya aplicabilidad dependerá de ser lo suficientemente flexibles para permitir a los ganaderos adaptarse a una situación productiva y de mercado en continuo cambio.
El éxito productivo de los rebaños de vacuno de cría pasa por garantizar la producción de un ternero por vaca y año. Para ello, es imprescindible organizar el manejo alimenticio del rebaño a escala anual de forma que las vacas tengan un nivel adecuado de reservas corporales en el momento del parto, nivel que deberá ser superior en aquellos sistemas en los que el ternero permanezca de forma continua con su madre durante la lactación. Conocido el papel que las distintas superficies pastadas tradicionalmente juegan en la alimentación del rebaño, la extensificación de estos sistemas pasa por el aprovechamiento de superficies alternativas. En este sentido, la utilización de las superficies boscosas permite obtener resultados interesantes en animales con necesidades reducidas, como vacas secas o en periodos iniciales de gestación, y sobre todo en primavera. El aprovechamiento a diente de las praderas por vacas lactantes y la utilización de recursos alimenticios alternativos a los forrajes propios conservados puede ser también interesante, en función del precio de los mismos.
De este modo, la racionalización del manejo alimenticio de los rebaños, con el óptimo aprovechamiento de los recursos disponibles, puede permitir compatibilizar una producción económicamente eficiente, vital para la perdurabilidad de las explotaciones, con las demandas de la sociedad en cuanto a la calidad de los productos y la sostenibilidad medioambiental de los sistemas de explotación.