CHIL.org

RAIF: Mosquito verde en vid

El mosquito verde (Jacobyasca lybica y/o Empoasca spp.) es una plaga que presenta niveles variables según zonas, variedades sensibles, localización de parcelas cercanas a vegetación espontánea que habitualmente son más afectadas así como plantaciones jóvenes de 1 a 3 años. Por lo general en los últimos años viene teniendo una mayor relevancia.

Especialmente en aquellas parcelas con una mayor presencia es importante evaluar los niveles de este insecto. Poblaciones elevadas pueden producir una defoliación prematura, no fisiológica, rebrotes y perdida de vigor para la próxima campaña. Hay que tener en cuenta que tras la vendimia, la viña sigue vegetando, según la temperatura, lluvias, etc. Especialmente en las nuevas plantaciones, que presentan un mayor crecimiento vegetativo, es importante mantener las hojas hasta el final del ciclo del cultivo, es decir hasta el estado fenológico “O” (Caída de hoja), que se produce bien entrado el otoño, entre los meses de octubre y diciembre, según el año. En ciertos casos puede ser conveniente incluso realizar una aplicación puntual en las zonas más afectadas para prevenir la caída prematura de la hoja, y favorecer un correcto agostamiento de los sarmientos, que conllevará a un mejor estado general del cultivo de cara al año próximo.

La situación actual en las distintas zonas vitícolas andaluzas es la siguiente:

En Cádiz, la presencia es leve en estos momentos, detectándose una mayor incidencia en algunas parcelas puntuales, donde se han realizado tratamiento insecticida para controlarlo. Las elevadas temperaturas, de hasta 42ºC en algunos días de las últimas semanas, han hecho descender sus niveles de presencia.

En Córdoba se detecta incidencia de mosquito verde en el 94% de las Estaciones de Control Biológico muestreadas. La media provincial es de 7% de hojas con presencia, siendo la zona de Los Llanos con un 8% la que registra el valor más elevado. Se alcanza una media provincial de 2 insectos/hoja, siendo la zona de Las Arenas con 6 insectos/hoja la que registra el valor más elevado

En Huelva se observa, principalmente en el último tercio distal del pámpano, y en el 100% de las parcelas muestreadas, presencia de mosquito verde. A nivel provincial se registra un 16% de hojas con presencia, comenzándose a apreciar daños moderados en forma de decoloraciones marginales de las hojas. En general, el número de insectos por hoja se mantiene bajo, en torno a 0’17.

En Málaga aumenta el porcentaje de hojas afectadas y el número de insectos por hoja, las capturas en trampas cromotrópicas se mantienen estables. La media provincial de insectos por hoja es de 0’3. El porcentaje medio provincial de hojas con presencia de mosquito es el 20’1%. Las capturas son de 3’1 insectos por placa y día como media provincial.

Conviene estar pendiente de la evolución que sigue este cicadélido para poder controlarlo antes de su población sea elevada porque entonces será más difícil su control; el Reglamento de Producción Integrada indica que desde mayo desde la primera quincena de julio es aconsejable intervenir a partir de 0’5 insectos por hoja.

En cuanto a la biología y sintomatología de esta plaga recordar que, en primavera la hembra emigra al envés de las hojas jóvenes donde deposita de 15 a 20 huevos en las nerviaciones de la hoja. De estos huevos emerge la primera generación que llegará a estado adulto en 3 o 4 semanas. La segunda generación se suele producir entre los meses de julio y agosto y es mucho más perjudicial, provocando una disminución de la producción y de la concentración de azúcares en la uva (por tanto disminución del grado alcohólico del vino), impidiendo la correcta maduración de la uva, así como al debilitamiento y reducción del vigor de las cepas y un mal agostamiento del sarmiento y mermas en futuras campañas. Otro problema adicional del ataque de estos mosquitos es que las heridas que provocan facilitan el ataque de hogos y bacterias. En campañas posteriores a una infección por mosquito verde suele apreciarse una disminución de vigor en la brotación, así como una merma en la cosecha. La tercera generación se da a finales de septiembre o primeros de octubre; esta generación es la que inverna en estado de adulto, el cual buscará refugios en las plantas perennes. La última generación puede reproducirse totalmente o solo a medias según sean las temperaturas del otoño.

Largos periodos de buen tiempo favorecen el aumento de las poblaciones de mosquito verde, mientras que los periodos lluviosos las reducen.

Los síntomas de ataque sobre las variedades blancas aparecen como amarilleamientos marginales de las hojas, mientras que en las tintas se desarrollan manchas rosadas parecidas a un mosaico delimitadas por los nervios. En caso de ataques graves los márgenes se vuelven hacia abajo, las hojas llegan a secarse, y se puede llegar a una caída prematura, cayendo primero las hojas de la base de los sarmientos. Los adultos son de color verde y forma alargada, de 2-3mm de longitud. Las ninfas son similares pero de menor tamaño, y no vuelan. Se desplazan de forma muy característica, los primeros a saltos, y las segundas lo hacen lateralmente sobre la hoja, al carecer de alas. Se detectan con facilidad, debido a su movimiento sobre la planta, si bien es cierto que suelen esconderse a las horas centrales del día, cuando la radiación solar es mayor, especialmente en verano, por lo que el mejor momento para verlos es a primera hora de la mañana, o última de la tarde.

Esta generación de agosto, al desarrollarse en fechas próximas a la vendimia, hace necesario una cuidada planificación de su control. Se recuerda a todos los viticultores, que en caso de precisar una intervención química sobre el cultivo, hay que respetar los plazos de seguridad entre el tratamiento y la vendimia, establecidos para cada producto, y de no ser posible, no realizar la aplicación, o plantear un tratamiento postcosecha en caso necesario.

Como medidas preventivas se puede realizar:

- Hay especies de himenópteros del género Anagrus, que pueden actuar como fauna auxiliar contra el mosquito verde, ejerciendo un control efectivo.

- La eliminación de malas hierbas de la parcela durante la parada invernal, asegura la eliminación de hospedantes alternativos para la plaga durante la primavera.

- El control del vigor de la planta, puede favorecer una brotación menos tierna y eso dificulta en cierta medida la actividad de la plaga, que no se encuentra cómoda.

- Usar trampas cromotrópicas amarillas para determinar el volumen de población y su comportamiento en el cultivo.

Más información aquí