Las altas temperaturas máximas registradas este verano, con hasta cuatro olas de calor entre junio y agosto, junto a un ambiente muy seco, han sido factores determinantes para que el desarrollo y dispersión de ácaros del género eutetranychus en cítricos haya sido mínimo. De hecho se han observado muestreos con bajo porcentaje de hojas con presencia de dicho ácaro.
Las altas temperaturas máximas registradas este verano, con hasta cuatro olas de calor entre junio y agosto, junto a un ambiente muy seco, han sido factores determinantes para que el desarrollo y dispersión de ácaros del género eutetranychus en cítricos haya sido mínimo. De hecho se han observado muestreos con bajo porcentaje de hojas con presencia de dicho ácaro.