Sorprendentemente, las bajas concentraciones de productos químicos tóxicos en los ríos -de fungicidas a antidepresivos- pueden cambiar la forma en que algunas criaturas acuáticas nadan y se alimentan. Así lo constata una nueva investigación liderada por expertos de las Universidad de Barcelona (UB) (Cataluña, España) y de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido). Además, de acuerdo con este trabajo publicado en la revista Environmental Pollution, los efectos pueden ser inesperados según el tipo de cóctel de toxinas.
Sorprendentemente, las bajas concentraciones de productos químicos tóxicos en los ríos -de fungicidas a antidepresivos- pueden cambiar la forma en que algunas criaturas acuáticas nadan y se alimentan. Así lo constata una nueva investigación liderada por expertos de las Universidad de Barcelona (UB) (Cataluña, España) y de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido). Además, de acuerdo con este trabajo publicado en la revista Environmental Pollution, los efectos pueden ser inesperados según el tipo de cóctel de toxinas.