A todos nos gusta ir a Cádiz y que nos pongan una buena ración de cazón adobado. Por eso, os dejamos una receta para que la cocina gaditana se cuele en vuestra casa. Le encantará a niños y adultos. Avisamos que la receta de hoy es mejor prepararla de un día para otro.
Ingredientes:
500 gr. de cazón limpio de espinas, sangre y pieles.
8 dientes de ajos
Orégano
Perejil
Pimentón dulce
1 vaso de vinagre blanco
agua
cominos molidos
sal gorda
2 hojas de laurel
Harina para freír
Colorante
Aceite de oliva
Sal
1 Limón
Vino blanco (opcional)
Preparación:
En nuestra pescadería pedimos cazón que no tenga espinas, ni sangre ni pieles. Lo más limpitos posibles.
Ponemos el cazón en un bol grande. Le echamos el laurel por encima, las podemos desmenuzar por encima.
Le damos un golpe a 6 dientes de ajo y con la piel y todo los echamos también en el cazón. Les echamos sal encima, bastante.
Cogemos los dos dientes de ajo restantes, los pelamos, los picamos con perejil y los machacamos. Lo metemos también en el bol.
Y echamos el pimentón dulce por encima. Que cubra. Añadimos un puñado de orégano y de los cominos. Cortamos el limón a la mitad, y exprimimos por encima su jugo.
Echamos un vaso de vinagre blanco y la misma cantidad de agua, o sea, un vaso. Removemos con cuidado todo. Probamos para que si está soso le añadamos más sal. Metemos el bol tapado con papel de aluminio en la nevera. Lo dejamos hasta el día siguiente, o un mínimo de 8 horas.
Al día siguiente, escurrimos con un colador el adobo. Quedará con motitas de orégano. Perfecto. Lo dejamos en papel absorbente, para que chupe el agüilla.
En un bol echamos harina de freír y pimentón. Y lo movemos bien. Añadimos un poco de colorante. Y movemos.
Metemos nuestro cazón, de uno en uno y los rebozamos bien, por todos los lados.
En una sartén con abundante aceite los freímos, sin que se apelmacen. Cuando estén doraditos los sacamos y los dejamos escurrir en papel absorbente.
Abrimos un limón a la mitad, y los ponemos en la misma bandeja, para que a quien le guste, les eche limoncito. Listos para comer.
Hoy hemos tenido ocasión de ver amanecer en el Puerto de Vigo, Pontevedra, uno de los puertos pesqueros más importantes de España y que, además, tiene una de las lonjas de altura más grandes de Europa y el puerto donde se descarga más pescado fresco de toda Europa. Lo hemos hecho acompañados por una delegación internacional de Seo Birdlife con los que ayer compartimos los esfuerzos conjuntos de ONGs y sector pesqueros para minimizar la captura incidental de aves marinas en la flota palangrera española de larga distancia.
Su gran capacidad logística le permite trasladar pescado fresco a cualquier parte del mundo, ya que consta de cuatro lonja: una de altura donde se subasta en corros a la baja pescado...
A todos nos gusta ir a Cádiz y que nos pongan una buena ración de cazón adobado. Por eso, os dejamos una receta para que la cocina gaditana se cuele en vuestra casa. Le encantará a niños y adultos. Avisamos que la receta de hoy es mejor prepararla de un día para otro.
Ingredientes:
Preparación:
En nuestra pescadería pedimos cazón que no tenga espinas, ni sangre ni pieles. Lo más limpitos posibles.
Ponemos el cazón en un bol grande. Le echamos el laurel por encima, las podemos desmenuzar por encima.
Le damos un golpe a 6 dientes de ajo y con la piel y todo los echamos también en el cazón. Les echamos sal encima, bastante.
Cogemos los dos dientes de ajo restantes, los pelamos, los picamos con perejil y los machacamos. Lo metemos también en el bol.
Y echamos el pimentón dulce por encima. Que cubra. Añadimos un puñado de orégano y de los cominos. Cortamos el limón a la mitad, y exprimimos por encima su jugo.
Echamos un vaso de vinagre blanco y la misma cantidad de agua, o sea, un vaso. Removemos con cuidado todo. Probamos para que si está soso le añadamos más sal. Metemos el bol tapado con papel de aluminio en la nevera. Lo dejamos hasta el día siguiente, o un mínimo de 8 horas.
Al día siguiente, escurrimos con un colador el adobo. Quedará con motitas de orégano. Perfecto. Lo dejamos en papel absorbente, para que chupe el agüilla.
En un bol echamos harina de freír y pimentón. Y lo movemos bien. Añadimos un poco de colorante. Y movemos.
Metemos nuestro cazón, de uno en uno y los rebozamos bien, por todos los lados.
En una sartén con abundante aceite los freímos, sin que se apelmacen. Cuando estén doraditos los sacamos y los dejamos escurrir en papel absorbente.
Abrimos un limón a la mitad, y los ponemos en la misma bandeja, para que a quien le guste, les eche limoncito. Listos para comer.