CHIL.ME

De todo ello son conscientes los productores agrícoloas españoles que saben que una de sus principales armas competitivas frente a las producciones de terceros países es la calidad, por ello, desde IDEAGRO, mediante nuestra Plataforma Formativa AGRODOCENTIA (gestionada en colaboración con la Universidad Politécnica de Cartagena), hemos organizado un nuevo curso para formarse en la implantación de sistemas de producción sin residuos, de la mano de Zerya, única empresa certificadora de calidad de las producciones agrícolas sin residuos en España y en colaboración con el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería, en donde se realizará la fase presencial.

El Curso Técnico en Implantación de la Norma Privada Zerya de sistemas de producción sin residuos permitirá adquirir los conocimientos prácticos y teóricos necesarios para implantar en campo una nueva forma de producción agrícola sostenible y sin residuos de pesticidas para los cultivos.

Dentro del curso se veran temas tales como la fertilización, cómo mejorarla y el efecto y correlación de ésta con el aumento de la resistencia a enfermedades y el incremento de la vida comercial de los productos, además de otros temas como el estudio, análisis e interprtetación de las curvas de plagas en diferentes cultivos, métodos y técnicas de muestreo de plagas en campo, técnicas de análisis foliar y cómo mejorar la vida post-cosecha de los productos agrícolas obtenidos. Todo ello se complementará con visitas técnicas en la que los participantes en el curso podrán conocer de primera mano éstos y otros conceptos así como poner en práctica lo aprendido.

Por ello, desde IDEAGRO, te invitamos a conocer este nuevo concepto de agricultura. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para cualquier duda al respecto y/o para inscribirte al curso. O bien, hazlo directamente visitando: wwww.agrodocentia.com

Los mercados europeos son cada vez más exigentes con la calidad de los productos agrícolas, tanto desde el punto de vista medioambiental como sanitario. También es un hecho que las autoridades comunitarias son cada vez más restrictivas con el uso de productos fitosanitarios, cuyo uso se va limitando para dar respuesta a las creciente demanda social a este respecto.