En las ensaladas o sándwiches envasados que comemos, en el agua con gas, en los refrescos o en la cerveza que bebemos hay CO2 o dióxido de carbono, un gas que, aunque no es tóxico, es uno de los principales causantes del efecto invernadero debido al aumento de su concentración en la atmósfera.
En las ensaladas o sándwiches envasados que comemos, en el agua con gas, en los refrescos o en la cerveza que bebemos hay CO2 o dióxido de carbono, un gas que, aunque no es tóxico, es uno de los principales causantes del efecto invernadero debido al aumento de su concentración en la atmósfera.