En diciembre de 1995 este mismo autor colaboró en un artículo, de este mismo periódico, titulado “Diez años para terminar los regadíos”. Recogía las esperanzas suscitadas por un Plan Nacional de Regadíos que, tras importantes recortes, preveía ampliar el regadío aragonés en 67.776 Ha hasta 2005. Aunque las expectativas del momento hacían que la cifra pareciera escasa, el artículo advertía del reto financiero que representaba. Pero sobre todo, destacaba la necesidad de lograr un consenso amplio ante la imposibilidad de abordar la tarea desde una sola instancia pública, desde un único nivel administrativo, desde un único sector y desde una sola opción política.
En diciembre de 1995 este mismo autor colaboró en un artículo, de este mismo periódico, titulado “Diez años para terminar los regadíos”. Recogía las esperanzas suscitadas por un Plan Nacional de Regadíos que, tras importantes recortes, preveía ampliar el regadío aragonés en 67.776 Ha hasta 2005. Aunque las expectativas del momento hacían que la cifra pareciera escasa, el artículo advertía del reto financiero que representaba. Pero sobre todo, destacaba la necesidad de lograr un consenso amplio ante la imposibilidad de abordar la tarea desde una sola instancia pública, desde un único nivel administrativo, desde un único sector y desde una sola opción política.