Los incendios queman cada año miles de hectáreas, fragmentan ecosistemas enteros y arriesgan la vida de personas y animales. Entender la dinámica del fuego permitiría dar con una solución al alto número de siniestros. Investigadores españoles e italianos han estudiado la inflamabilidad de la vegetación y demuestran que los cipreses, capaces de tolerar grandes sequías y altas temperaturas, podrían representar una barrera eficaz contra el inicio del fuego por su baja ignición.
Los investigadores españoles Bernabé y José Moya no podían creer lo que estaban viendo. Más de 20.000 hectáreas de bosque calcinadas. Y en el medio de la devastación, un grupo de cipreses verdes y erguidos...
ras el incendio del pasado verano en Andilla (Valencia), el equipo de expertos tomó muestras de la parcela de cipreses, de unos 10.000 metros cuadrados de superficie, que sobrevivió al fuego y que la empresa pública Imelsa de la Diputación provincial explota como campo experimental en este municipio.
Los investigadores españoles Bernabé y José Moya no podían creer lo que estaban viendo. Más de 20.000 hectáreas de bosque calcinadas. Y en el medio de la devastación, un grupo de cipreses verdes y erguidos...
Los incendios queman cada año miles de hectáreas, fragmentan ecosistemas enteros y arriesgan la vida de personas y animales. Entender la dinámica del fuego permitiría dar con una solución al alto número de siniestros. Investigadores españoles e italianos han estudiado la inflamabilidad de la vegetación y demuestran que los cipreses, capaces de tolerar grandes sequías y altas temperaturas, podrían representar una barrera eficaz contra el inicio del fuego por su baja ignición.