Según los investigadores, la saliva de este insecto alberga unas enzimas que inician la degradación por oxidación del polietileno en poco tiempo y a temperatura ambiente, al despolimerizarlo en pocas horas.
Según los investigadores, la saliva de este insecto alberga unas enzimas que inician la degradación por oxidación del polietileno en poco tiempo y a temperatura ambiente, al despolimerizarlo en pocas horas.