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La creciente preocupación por la protección del medio ambiente y el cuidado de nuestra salud influyen cada vez más en nuestras decisiones de consumo. Sin embargo, como personas consumidoras, no somos lo suficientemente conscientes de la dimensión que entraña el impacto ecológico de nuestros hábitos de alimentación, ni tampoco de la repercusión que tiene el sistema actual de producción y consumo de alimentos.
Con el fin de hacer una aportación que nos lleve a avanzar como sociedad hacia modelos más sostenibles, HISPACOOP lanza el Monográfico bajo el título «Impacto ecológico de la alimentación en España», en la edición de la revista “Cuadernos de las Cooperativas de Consumidores”.
Esta publicación forma parte del Proyecto “Impacto ecológico de la alimentación”, subvencionado por Ministerio de Consumo, y cuenta con el apoyo y colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Con este trabajo se aborda, desde el punto de vista del sector de la alimentación, cómo nuestros comportamientos y decisiones de consumo generan considerables impactos ambientales y qué se necesita para minimizar los efectos de nuestros hábitos cotidianos con respecto a los alimentos.
En la apuesta por la sostenibilidad, compartida de forma unánime por todos los sectores, hay muchas lagunas. Las personas consumidoras reclaman a las empresas que sean proactivas y apuestan por las que se comprometen y actúan para reducir tanto sus emisiones como los impactos ambientales. Pero es necesario hacer una reflexión seria sobre en quién recae finalmente el coste de estas acciones, especialmente en el contexto actual de inestabilidad e incertidumbre económica, social y medioambiental.
Cada día es más patente la gran distancia que existe entre la intención y la acción. A esto se añade el aumento del coste de la vida, que impide tomar decisiones de forma responsable con el planeta. Las personas consumidoras quieren reducir su huella ecológica, a la vez que perciben que los productos que son mejores para el medio ambiente y para la sociedad son más caros. En esta situación, el precio se ha convertido en una barrera para el comportamiento sostenible, dejando fuera a un colectivo de personas vulnerables que no pueden apostar por la sostenibilidad en estos momentos.
El camino hacia la sostenibilidad se presenta como una gran oportunidad para transformar nuestro sistema alimentario. Todos los eslabones de la cadena alimentaria debemos contribuir a mitigar el impacto ambiental de nuestras prácticas y actividades. Así lo demuestra la tendencia, en aumento, de aquellas empresas del sector de la alimentación que apuestan por comportamientos responsables con el medio ambiente, a la vez que cuidan aspectos claves como la calidad y la seguridad alimentaria.
Sin embargo, las personas consumidoras se encuentran en la tesitura de si parte de lo que hoy consideramos “ecológico” o medioambientalmente más respetuoso, no es más que un mero malabarismo propagandístico o publicitario, sin ofrecer los beneficios que profesan o un valor real para el entorno y, por ende, para la salud de la población.
Cuando es posible que ignoremos el verdadero impacto ambiental de lo que comemos, y, sobre todo, de lo que implican nuestras propias decisiones y hábitos de alimentación, demandamos que los productos con los que nos alimentamos no contengan esos atributos que son considerados como virtuosos y calificados como “verdes” o con menor impacto ambiental.
En este contexto, las personas consumidoras reclaman más información y un compromiso real y contrastable del sector de la alimentación con el medio ambiente, para que ofrezcan productos que nos permita seguir unos patrones de alimentación más saludables, a la vez que sostenibles.
Por consiguiente, hacemos un llamamiento al compromiso sincero con la sostenibilidad, impulsando innovaciones y nuevas oportunidades empresariales, que permitan avanzar hacia un sistema alimentario más sostenible y respetuoso con el planeta y las personas.
A lo largo de esta publicación, recogemos artículos de opinión de representantes del Ministerio de Consumo y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de expertos en la materia, de asociaciones implicadas en el sector de la alimentación y del medio ambiente, y el posicionamiento de nuestras cooperativas de consumidores y de las cooperativas agroalimentarias. Cada uno de ellos se aproxima al problema con un punto de vista diferente, configurando un completo trabajo de lectura recomendada.
La creciente preocupación por la protección del medio ambiente y el cuidado de nuestra salud influyen cada vez más en nuestras decisiones de consumo. Sin embargo, como personas consumidoras, no somos lo suficientemente conscientes de la dimensión que entraña el impacto ecológico de nuestros hábitos de alimentación, ni tampoco de la repercusión que tiene el sistema actual de producción y consumo de alimentos.
Con el fin de hacer una aportación que nos lleve a avanzar como sociedad hacia modelos más sostenibles, HISPACOOP lanza el Monográfico bajo el título «Impacto ecológico de la alimentación en España», en la edición de la revista “Cuadernos de las Cooperativas de Consumidores”.
Esta publicación forma parte del Proyecto “Impacto ecológico de la alimentación”, subvencionado por Ministerio de Consumo, y cuenta con el apoyo y colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Con este trabajo se aborda, desde el punto de vista del sector de la alimentación, cómo nuestros comportamientos y decisiones de consumo generan considerables impactos ambientales y qué se necesita para minimizar los efectos de nuestros hábitos cotidianos con respecto a los alimentos.
En la apuesta por la sostenibilidad, compartida de forma unánime por todos los sectores, hay muchas lagunas. Las personas consumidoras reclaman a las empresas que sean proactivas y apuestan por las que se comprometen y actúan para reducir tanto sus emisiones como los impactos ambientales. Pero es necesario hacer una reflexión seria sobre en quién recae finalmente el coste de estas acciones, especialmente en el contexto actual de inestabilidad e incertidumbre económica, social y medioambiental.
Cada día es más patente la gran distancia que existe entre la intención y la acción. A esto se añade el aumento del coste de la vida, que impide tomar decisiones de forma responsable con el planeta. Las personas consumidoras quieren reducir su huella ecológica, a la vez que perciben que los productos que son mejores para el medio ambiente y para la sociedad son más caros. En esta situación, el precio se ha convertido en una barrera para el comportamiento sostenible, dejando fuera a un colectivo de personas vulnerables que no pueden apostar por la sostenibilidad en estos momentos.
El camino hacia la sostenibilidad se presenta como una gran oportunidad para transformar nuestro sistema alimentario. Todos los eslabones de la cadena alimentaria debemos contribuir a mitigar el impacto ambiental de nuestras prácticas y actividades. Así lo demuestra la tendencia, en aumento, de aquellas empresas del sector de la alimentación que apuestan por comportamientos responsables con el medio ambiente, a la vez que cuidan aspectos claves como la calidad y la seguridad alimentaria.
Sin embargo, las personas consumidoras se encuentran en la tesitura de si parte de lo que hoy consideramos “ecológico” o medioambientalmente más respetuoso, no es más que un mero malabarismo propagandístico o publicitario, sin ofrecer los beneficios que profesan o un valor real para el entorno y, por ende, para la salud de la población.
Cuando es posible que ignoremos el verdadero impacto ambiental de lo que comemos, y, sobre todo, de lo que implican nuestras propias decisiones y hábitos de alimentación, demandamos que los productos con los que nos alimentamos no contengan esos atributos que son considerados como virtuosos y calificados como “verdes” o con menor impacto ambiental.
En este contexto, las personas consumidoras reclaman más información y un compromiso real y contrastable del sector de la alimentación con el medio ambiente, para que ofrezcan productos que nos permita seguir unos patrones de alimentación más saludables, a la vez que sostenibles.
Por consiguiente, hacemos un llamamiento al compromiso sincero con la sostenibilidad, impulsando innovaciones y nuevas oportunidades empresariales, que permitan avanzar hacia un sistema alimentario más sostenible y respetuoso con el planeta y las personas.
A lo largo de esta publicación, recogemos artículos de opinión de representantes del Ministerio de Consumo y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de expertos en la materia, de asociaciones implicadas en el sector de la alimentación y del medio ambiente, y el posicionamiento de nuestras cooperativas de consumidores y de las cooperativas agroalimentarias. Cada uno de ellos se aproxima al problema con un punto de vista diferente, configurando un completo trabajo de lectura recomendada.