Los bosques de quercíneas (Quercus spp) son ecosistemas de suma importancia en España, debido a la gran extensión que ocupan y a su valor socioeconómico. Sin embargo, durante las últimas décadas han mostrado signos claros de decaimiento, parcialmente debido a la despoblación rural y al consecuente abandono del manejo forestal tradicional. La ausencia de prácticas silvícolas ha resultado en una alta densidad de individuos reviejados, con importantes problemas estructurales y funcionales, lo que ha tenido consecuencias devastadoras para la salud de estos bosques icónicos en un escenario de cambio climático. Como resultado, los sumideros de carbono naturales se han debilitado debido al crecimiento limitado de los individuos, y la resiliencia de estos bosques frente a la variabilidad climática se ha reducido. Dada la urgente necesidad de promover la conservación de estos bosques de enorme importancia ecológica y socioeconómica, es una prioridad mejorar nuestro conocimiento actual de los mecanismos y agentes involucrados en su pérdida de salud y su vulnerabilidad frente a extremos climáticos, así como de encontrar soluciones para prevenir su decaimiento.